Juntos

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         El director Dumbledore condujo al grupo de muggles hacia el interior del castillo pero una vez que pisaron el vestíbulo y quedaron prendados de él, Rick se detuvo en seco....

¡No! dijo y tanto su grupo como Dumbledore, Snape, Tonks y los autores lo miraron extrañados.

¿Vas a empezar con la puta paranoia de nuevo? preguntó Daryl, cargando su ballesta. No tenemos otra opción, Rick.

—No se trata de eso, Daryl. Tenemos que encargarnos de la horda que entró para asegurar el perímetro, no podemos dejar a esos caminantes afuera y la verja desprotegida —dijo Rick señalando a sus espaldas.

—Tiene razón —reflexionó Tonks—, Según Matt y Steven, eran apenas unos cincuenta, quizá unos cuantos más, pero para mañana podrían ser cientos de ellos.

—Tiene lógica —concedió Dumbledore asintiendo con la cabeza—. ¿Y bien?... ¿Qué propones entonces, Rick?

—Eliminarlos. Mi grupo y yo estamos acostumbrados a eso, señor...

—Profesor Dumbledore —lo corrigió Snape con voz grave.

—De acuerdo —siguió Rick y posteriormente se dirigió a su hijo Carl—. Quédate aquí adentro con el profesor Dumbledore, Beth, Judith y Eugene. Los demás síganme.

—Pero yo quiero pelear —pugnó Carl.

—¡Obedece! —ordenó el líder cargando su mágnum.

—Lo malo es que no tenemos silenciadores —se quejó Carol, quitándole el seguro a su rifle.

—No importa, acabaremos con la horda y cerraremos las verjas, ya luego mataremos a los que vayan llegando a través de la cerca como en la prisión.

—Podemos ayudar si quieren —saltó Tonks—. Si igual van a disparar con esas cosas —dijo señalando las armas—, harán ruido por lo que podemos hacer igual nuestros encantamientos.

Rick se lo pensó unos segundos.

—Está bien —concedió.

—¡Vaya! Esto suena emocionante.

—Esto no es ningún juego, Tonks. Por si no lo habías notado —amonestó Snape con el ceño fruncido—, es algo serio.

Tonks se encogió de hombros.

—Podemos ayudar también —propuso Hermione—. Soy Hermione Granger, por cierto.

—Rick Grimes —respondió el alguacil, estrechando formalmente la mano de la castaña—. ¿Sabes disparar un arma?

—¡Que es una una bruja, coño! —dijo Abraham en tono exasperado y Rick asintió.

—Cierto, pero aún no me acostumbro a la idea.

—Nosotros también podemos ayudar —propuso Harry. Ron dio un paso hacia atrás.

—¿Qué pasa? —le preguntó el niño que vivió.

—Harry, le tengo fobia a los inferius —reconoció el pelirrojo.

—¿inferius? —preguntó Tara con gesto de confusión.

—Son como los muertos esos... —empezó a explicar Hermione—, pero los inferius han sido reanimados por magia oscura y pueden actuar a voluntad del mago conjurante.

Snape alzó una ceja en señal de fastidio.

—¿Ni con una hecatombe deja la costumbre de sabelotodo, Granger? —preguntó el profesor y Hermione lo miró ofendida.

The Magic DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora