El equipo de Rick y la Orden del Fénix

1.6K 159 40
                                    


En el gran comedor, como siempre se congregaron todos los alumnos y profesores para desayunar. Aunque era verano, todos ellos permanecían en el castillo debido a que desde hacía un tiempo, había explotado la pandemia y no habían podido salir del lugar ni siquiera en pascuas.

Por razones de seguridad, el ministerio mandó a bloquear la red flu de las salas comunes, y de hecho los padres de los alumnos estuvieron de acuerdo en que era mejor que no salieran de allí. Sin embargo, todos se mantenían en contacto con sus familiares. 

La mayoría de los magos y brujas, fuera del castillo, permanecían a buen resguardo pues sus encantamientos les proporcionaban buena protección e incluso les permitía ocultarse debidamente de los seres que deambulaban libremente por las calles, literalmente muertos en vida. 

Los familiares muggles sin embargo, no tenían tanta suerte: si no manejaban armas de cualquier tipo o encontraban un refugio, estaban perdidos. Afortunadamente los padres de Hermione, los Dursley y los padres de Dean Thomas, así como los familiares de los otros chicos estudiantes del colegio, estaban siendo guarecidos por la Orden del Fénix que de nuevo había sido activada, al menos, para brindar protección porque poco y nada podían hacer para combatir la pandemia que rápidamente se regó por el planeta. Esta vez el mundo se había salido de control por causa de los muggles y ellos debían ser los encargados de solucionarlo. 

Como siempre, reinaba un ambiente tenso, casi nadie hablaba, hasta que las ventanas del gran comedor se abrieron y decenas de lechuzas entraron agitando las alas, esparciendo plumas por todo el lugar. Venían con el correo pero como siempre. Desde que la noticia de la pandemia se extendió por el mundo, aquel revuelo de aves y su irrupción abrupta hizo sobresaltar a más de uno en su asiento.

Pero no fue sino un grito de angustia proveniente de la mesa de Gryffindor, lo que puso alerta a los presentes. Una chica llamada Miranda Stuard que recién había terminado su séptimo curso, pero que al igual que los demás había quedado atrapada en Hogwarts, lloraba desconsoladamente mientras le mostraba su carta recién llegada a sus amigas.

La profesora McGonagall, con la mano en el pecho, echó una mirada de consternación hacia la mesa y se levantó del asiento...

Su familia es muggle dijo con tono de tristeza a sus colegas antes de ir a consolar a la muchacha, intuyendo las noticias.

Recibió una carta de parte de sus hermanos muggles que fueron interceptados por magos del ministerio y resguardados por ellos. Dicen que sus padres murieron comidos por esas cosas de allá afuera. Sucedió mientras se trasladaban a un refugio en York afirmó su mejor amiga, Megan Baker, con voz taciturna cuando Hermione quiso saber qué le ocurría a la muchacha.

Los ojos de Hermione se anegaron en lágrimas también y no pudo evitar pensar en sus propios padres, agradeciendo el hecho de que ellos estaban entre los que la Orden del Fénix había rescatado hasta el momento.

Esto es una locura, Albus dijo Snape alejando su plato de avena unos centímetros de él mientras recordaba los horrores de la noche pasada—. Todo esto es una locura.  ¿Qué rayos está pasando? Lo de anoche fue...todo un revuelo y... enserio no puedo creer que haya muggles dentro del castillo añadió después al ver que estos ingresaban con cara de extrañeza al gran comedor, poniendo especial atención al techo encantado.

Pues, como ves, fueron ellos en su mayoría quienes nos salvaron el pellejo anoche terció Hagrid echándoles una mirada desde su lugar.

Fueron también los causantes de que esas cosas ingresaran a los terrenos del castillo respondió Snape.

Mi intuición que, modestia aparte raras veces falla, me dice que ese descuido de anoche por parte de los aurores nos ha llevado a dar el primer paso en la solución de este problema respondió Dumbledore levantándose de la mesa para ir a recibir a los muggles—. Esa gente tiene determinación y según me explicó el líder, antes de que se retiraran a la sala de los menesteres, querían llegar a Londres dónde se supone hay una base científica que puede estar trabajando en la cura. Llevan además consigo a un profesor de ciencias que, si bien no tiene la cura, posee muchas hipótesis y datos interesantes.

The Magic DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora