Decisiones desagradables

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El grupo se reunió como pudo en la calle principal en busca de Las Tres Escobas para encontrar a Snape y Carol, entonces vieron el cuerpo en el piso del pub junto con el charco de sangre coagulada, la puerta de par en par y algunos caminantes que avanzaban para unirse a la horda que desesperada intentaba derribar la puerta de Honeydukes.

Rick se llevó el índice a los labios para indicar que debían permanecer en silencio.

Deben estar atrapados ahí susurró a los demás.

No hay problemas entonces. Snape habrá bloqueado la puerta con un encantamiento dijo Tonks también en susurros.

¿Pero cómo rayos van a salir de ahí? soltó Michonne señalando a los caminantes con su katana.

Hay una salida dijo Remus—. Si se meten por la trampilla que está oculta en el almacén, y caminan el largo pasillo que hay detrás de ella, los llevará a la estatua de la bruja tuerta en Hogwarts.

Sí, es cierto concedió Harry—. Está en el mapa del merodeador, pero eso Snape no lo sabe.

¿Hablas del mapa que nos prestaste? preguntó Beth—. Apenas hemos revisado lo básico: Como llegar hasta el gran comedor y regresar a la sala donde dormimos, los jardines, las salas comunes, la oficina del director, pero nada más.

Comprendo, es lógico respondió Harry.

De todos modos, aunque no salgan de la forma más segura y fácil, existe un método que Carol conoce bien. Estoy seguro de que lo utilizará, aunque dudo mucho que el profesor Snape esté contento con él dijo Glenn.

Rick asintió con la cabeza.

Tienes razón Glenn, Carol es astuta y de seguro llevará a cabo ese método. Regresemos al castillo aprovechando que no nos han visto los caminantes respondió Rick.

¡Por Merlín! exclamó Tonks sobresaltándose al ver que detrás del cartel emergió una caminante dirigiéndose hacia ella.

Michonne, que estaba a su lado, le cercenó la cabeza con la katana a la muerta viviente.

Gracias respondieron Remus y Tonks a la vez, muy asustados.

El grupo regresó junto a Rick a Hogwarts, un poco nervioso por Snape y Carol, pero con la certeza de que ambos sabrían como escapar de la situación en la que se encontraban. Por el camino avistaron pequeñas hordas, pero trabajando en equipo lograron reducirlas.



En Honeydukes, Snape respiraba agitado sin dejar de mirar la puerta pese a que el encantamiento con que la había bloqueado los mantenía a salvo. Los caminantes no podrían abrir ni derribarla por mucha fuerza que ejercieran.

El profesor de Pociones no estaba asustado de que los muertos pudieran entrar, sino porque no tenía idea de cómo salir de ahí. 

Carol y él echaron un vistazo a su alrededor, los dueños de la dulcería parecían haber abandonado el lugar hace mucho, quizá se encontraban a kilómetros de allí.

Tenemos que salir de aquí antes de que derriben la puerta dijo Carol recostada de la pared de la puerta mirándola de reojo mientras sostenía fuertemente su pistola.

No podrán derribarla, eso no es un problema masculló Snape—. Utilicé un encantamiento de sellado muy poderoso. El asunto es cómo saldremos de aquí, estamos atrapados. El líder de tu grupo y los otros deben haber ido a Las Tres Escobas luego del mensaje que les envié.

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