The Magic Dead

La tribulación de Carol

Al día siguiente, todo estaba preparado para ir fuera del castillo. Como se esperaba, Rick y Michonne liderarían la misión.

Todo el grupo salió del castillo a través de las verjas flanqueadas por cerdos alados, y de allí comenzó a caminar con sigilo en busca de cualquier caminante, pero el camino parecía desierto, ni siquiera había ruido.

—Creo que será mejor que nos separemos —ordenó Rick, apuntando su Mágnum a todos lados mientras se movía con sigilo—. Carl, ve con Rosita y Abraham. Beth irás con Sasha y  Daryl...

—Creo que es mejor que comiences a incluir a magos y brujas en los grupos —propuso Snape molesto al ver la autosuficiencia del nombrado líder de la misión.

—Snape tiene razón, Rick —reconoció Tonks—. Iré con Carl, Rosita y Abraham.

—Yo con la chica rubia, la chica de la chaqueta verde y el de la ballesta —propuso Remus.

—Somos Daryl, Sasha y Beth —explicó emocionada Sasha.

—De acuerdo —aprobó Rick, apostillado contra uno de los árboles que bordeaban el camino marcado por ruedas de carretas que en un principio lo llevó a él y a su grupo a Hogwarts. Seguía atento a cualquier ruido mientras formaba los grupos—. Maggie, ve con Glenn y alguno de ustedes —dijo señalando a los gemelos.

—Yo iré —planteó Fred.

—No, mejor vayamos los dos —propuso George—. Tengo la extraña sensación de que cada vez que nos separamos, algo sale mal.

—Tienes razón, hermano —concedió su gemelo.

—De acuerdo, irán los dos —concedió  Rick—. Michonne y yo iremos con Eugene ¿podrías acompañarnos? —le propuso a Harry que minutos antes de la salida, se hubo enterado del plan y se dispuso a acompañar al grupo, aunque ni McGonagall ni Snape estuvieran de acuerdo.

Ron y Hermione, sin embargo prefirieron quedarse, incluso trataron de persuadirlo de no asistir, alegando que ya sería suficiente con el grupo que se estaba marchando. Ambos habían quedado bastante perturbados con la matanza de caminantes de la noche de la invasión, y las pesadillas, así como la incertidumbre todavía los atacaba por las noches. A Harry también, pero el niño que vivió aún continuaba con aquella necesidad intrínseca de rescate.

—Solo quedan ustedes dos —dijo Rick señalando a Snape y a Carol.

Daryl sonrió mientras le colocaba una mano a Snape en el hombro.

—No te preocupes, hermano, con ella tienes más que suficiente para salvarte el culo.

Snape rodó los ojos al escuchar aquello. Detestaba la forma de hablar de aquellos muggles y, siendo honesto, no creía que fuese conveniente que aquella mujer y él partieran solos por su lado. La había visto luchar, notando que era en efecto eficaz en el uso de las armas, pero aun así, eran solo dos y por más que él lo disimulara bastante bien, la verdad era que esos muertos vivientes lo perturbaban. No obstante, únicamente se limitó a rodar los ojos, resoplando con aire disconforme. Carol por su parte enarcó una ceja, lanzándole una mirada de hito en hito a su compañero. 

—Y bien ¿hacia dónde iremos? —preguntó.

—La presencia de ustedes, los magos, nos ayudará también en ese punto. Para serles honestos aquí estamos perdidos —reconoció Rick.