Hace años, se cometieron injusticias: Epona fue castigada y Ariadna se vio obligada a imponerle dicho castigo; por ello, todo el bosque la odió.
Por desgracia o por fortuna, Epona, cien años más tarde, regresa, desobedeciendo su promesa, creyéndose libre hasta que conoce a un viajero que suplica cada noche a la luna; la cual, les observa desde las alturas. Quizá Epona debería implorarle también a ésta.
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El Viajero
FantasyCien largos años pasaron; solo cien, pero las criaturas del bosque a la luna odiaron. Cien largos años pasaron hasta que sus cascos sonaron. La pelirroja rompió su castigo, qué hará ahora Ariadna contigo. La yegua galopa; pronto cuidará del viajero...