Caroline Potter

Capítulo 15. Entrenamiento y expectativas.

Capítulo 15. Entrenamiento y expectativas.

Sábado, 4:55 am, Agosto.

"Me encontraba en un auto y este estaba ¿volando?, sí, volaba. Veía las nubes a mis costados y a mi lechuza volando a la par del vehículo. ¿Por qué estaba en este auto?, no lo sé. Lo único que se es que me invadía un sentimiento de felicidad indescriptible."  Esto era lo que pasaba en el mundo de los sueños de Caroline Potter.

...

En una pequeña casa en La Hilandera un gran mago, pocionista y el mejor occlumático de Gran Bretaña, vestido únicamente con un traje deportivo preparaba 2 tazas de café agregándole 2 cucharadas de azúcar adicional a una. Esto se había convertido en una rutina para el desde que había vuelto de Hogwarts durante las vacaciones de verano con la única intención de ayudar a quien el consideraba su hija con su "misión" de entrenarse en todo lo que fuera capaz en esos dos meses de descanso. Esa misma tarde en la cual ella se lo  había pedido él había acudido con Dumbledore solicitando el, innecesario, permiso para llevarse a la chica a su casa. Colocó ambas tazas en una bandeja y las llevó a la sala para luego ascender al segundo piso y golpear, como hacía cada mañana, la puerta de la chica.

...

Un golpe se oyó del otro lado de la puerta despertando a una pequeña,aunque ese ya no es un término adecuado, pelirroja del sueño que era partícipe.

-Despierta -notificó con voz queda la oji-verde y oyó a su padre, tutor y amigo, reír ligeramente al otro lado de la puerta.

-Te espero abajo- concluyó éste mientras ella oía como se retiraba, bajando las escaleras.Esto era tan normal y familiar para ella qué, cerrando los ojos,podría imaginar casi perfectamente lo que el otro individuo hacía en este momento.

Tomándose solo un minuto extra para estar acostada, se levanto saliendo disparada al baño a tomar una ducha muy rápida para despertarse, vestirse y bajar a donde su padre la esperaba.

-5 minutos, vas mejorando...- fue el primer comentario que escucho de él, al pie de la escalera. Ella  rió débilmente mientras se sentaba a su lado y tomaba la taza que le correspondía, dando un sorbo a su bebida para volverse al hombre sentado junto a ella.

-¿Qué haremos hoy?- preguntó volviendo a su posición inicial y dándole otro sorbo al café de su taza.

-Primero saldremos a correr.-comenzó él viéndose interrumpido por un comentario de la chica dicho entre risas

-Como siempre, continua.

-Correremos hasta las diez y desayunaremos como corresponde aquí en la casa.Luego iremos a nadar.

-¿Nadar?  De que me servirá, en una guerra contra el innombrable, nadar.

-Servirá.-dijo el pelinegro como única respuesta. Y continuo sin dar lugar a replicas- Al medio día nos volvemos a la casa a almorzar y descansamos hasta la 1... llevaremos la merienda y dos barras de cereales... Alquilé un auto no muy lejos de aquí...

-¿Un auto? -El pelinegro notó como al mencionarlo ella se tensó y el pánico era claro en su voz cuando hizo la pregunta.

-En efecto. Que mejor manera de aprender a estar atento a tu entorno que manejando en una calle en la que hay mucho transito. -dijo él prestando total atención a sus reacciones. Ella lo miraba sin dar crédito a sus oídos.

-¿Me enseñarás a conducir? -Ambos habían terminado ya sus bebidas y ahora simplemente estaban charlando.

-Caroline, en una batalla contra los mortífagos lo ideal sería que pudieras percibir las vibraciones que estos emiten al caminar. -Hizo una pausa- Que los sientas antes de verlos. Eso será de mucha ayuda ya que contarás con el efecto sorpresa.