Florece que florece,
aquella flor silvestre.
enterrada entre las hierbas
malos amores y condenas.
Desprende que desprende,
sus pétalos en septiembre.
Y se acoplan en su cabecita,
aquellas abejitas.
Muere que muere,
aquella flor en noviembre.
se marchitan sus raíces
y las hojas que viste.
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Amando versos hasta la muerte.
PoesíaEs hermoso enamorarse de las palabras del alma, esas que transitan por nuestra mente desapercibidas. Es hermoso escribir dichas palabras del alma, recobran vida al ser trazadas. ¡Que vivan los versos! ¡Que viva la inefabilidad! Que viva tu encanto...