Diario de una distracción

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El soplar temeroso del viento se anuda en sus cabellos,

rizando el rizo escondido.

Los desvíos de mi mirada a sus pupilas me van a delatar.

Las estrellas ya no me distraen,

si tengo constelaciones en sus ojos.

Y esas diminutas comillas que forjan tus labios al ensancharse.

Comencé a crear una órbita,

que gire en torno a tí.

Necesito necesitar algo más,
pues la necesidad de necesitarte me está colmando la necedad.

¡Oh, amor! Me quedo muda, mas...

Nuestras almas hablan.

Palpitan nuestras manos unidas,

como si de una guerra de nervios se tratase.

¡Sólo me queda escribir, amor mío!

Para así explotar mis sentimientos escondidos.

Amando versos hasta la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora