Capítulo 6: Una gran hada madrina

25 2 1
                                    

Un mes después...

Despierto y  no puedo esperar para salir. Vuelve mi mamá como todas las mañanas y me trae un desayuno especial. 

Pasamos un rato bromeando sobre el canto de los pájaros en la mañana. Mi madre hace como si tradujera sus cantos y lo convierte en una divertida conversación. Hace años le pregunté si significaba algo en realidad. 

"-A veces sí, a veces no. Pero en la mañana sólo cantan para anunciar que siguen vivos y a veces me lo recuerdan a mí también.-"

-Mamá, ¿cuando vendrá papá?- le pregunto y ella me sonríe con ternura.

-Sabes que está ocupado.-

-Sí. Creí que sería bueno preguntarle cuándo podré salir- me mira desconcertada.

-Naila...-

-Lo sé, mamá. Es sólo que quiero volver a ver el pueblo, a mi hermana hace años que no la veo. Seguro ni se acuerda de mí.-Mi mamá me mira y se ensombrece su expresión.- ¿Ella sabe de mí?-Sacude la cabeza a modo de respuesta.- Oh...-

- Queremos alejarla de los peligros de la magia.-

-Entiendo... ¿tampoco sabe que eres hada madrina?-

-No... nadie lo sabe ya- Me basta con mirarla a los ojos para saber que hay algo que no me está diciendo. Parece darse cuenta porque habla antes de que yo pueda preguntar.-Ya... pronto podrás salir-

La sonrisa de mi mamá es cálida y reconfortadora. Espero que si un día yo tengo hijos, ellos puedan decir lo mismo de mi sonrisa. Aunque no sé si sea bueno; mi primogénito heredaría mis poderes y tal vez tendría que encerrarlo en una torre. Mi hermana tiene suerte de poder alejarse de todo esto.

-¿Qué tanto piensas que te has quedado callada?-

-Nada_nada-

-Bueno... nos vemos mañana. Cuídate, hija.-

-Y tú.-

Mi mamá se va y me entra un aire de culpabilidad, sobretodo porque llevo más de un mes saliendo al pueblo. 

Me recuesto en la cama y la culpa desaparece cuando una imagen de Darío esperándome me llega a la cabeza; así que salgo una vez más de la torre.

Camino por el bosque y no tardo en encontrarlo. Se acerca a mí con el carcaj al hombro y el arco en la mano.

-Hola- me dice- Temía que te hubieran comido los lobos.- Me río. Es lo mismo que me dijo la segunda vez que salí de la torre, aunque esa vez tenía la sensación de que sólo había ido para volverme a ver y no para cazar.

-Te dije que no me pasaría nada.- le dije y su sonrisa me hizo dudar el si había dicho alguna tontería.

-Vamos, hoy me toca invitarte la comida.- me ofrece su mano y yo la miro; me imagino que así se han de sentir las princesas cuando las invitan a bailar... una extraña sensación para un hada madrina-¿Qué?-

-Nada- le tomo la mano con fuerza- Vamos- 

Me sonríe una vez más.     

La vida secreta de un hada madrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora