Capítulo 17: El mago

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Me llevan al "Castillo oculto."  Mi mamá me habló un par de veces de él; es el hogar donde habitan los cazadores de magia, todos semi-humanos, con características de animales.

Me llevan al calabozo como un costal de órganos dejándome caer sin mucho tacto  y cierran la puerta tras de mí. Cuando mis ojos se acostumbran a la escasa luz veo a un chico; su cabello es rubio y está sucio, como si hubiera pasado la noche en el bosque igual que yo.

-Bienvenida- dice con sarcasmo y hace una mueca que pasa olímpicamente de ser una sonrisa.

-Gracias- le digo y me intento levantar, pero las cuerdas me lo impiden. Suspiro con fastidio.

-Déjame te ayudo con eso.- dice y se me acerca para desatarme. -Soy Emilio, por cierto-

-Naila, mucho gusto-

-¿Qué clase de mágico eres?-

-Hada madrina, ¿y tú?-

-Mago- se aleja de mí y se sienta al lado de la ventana sin mirarme.

-¿Por qué tienen partes de animales en sus cuerpos los cazadores de magia?- pregunto mientras me estiro, libre de moverme a mi voluntad... relativamente.

-¿No lo sabes? Oh, no... no controlas tu magia aún, ¿cierto?-

-No-

-¡Rayos! Temo por mí al anochecer. - habían pasado pocas horas desde que salimos de la cabaña y aún faltaban varias horas para el anochecer. Alcé los hombros como para disculparme y él suspiró. -Tienen partes de animales porque son animales.- Lo miro y parpadeo un par de veces. Emilio resopla con molestia.- Lord Lob era un lobo que tuvo la suerte de encontrar un poco de magia, con la que se hizo de capacidades humanas y luego de el libro de transferencias- supuse que era el que leyó el conejo... Lord Bunny-; fue así como obtuvo más magia y formó un ejército con varias especies de animales. Su meta es que los animales controlen toda la magia del mundo.-

  -No tiene sentido... los animales no tienen maldad... no lastimarían a nadie...-

-Es por eso que nadie le pidió ayuda a las hadas madrinas. Siempre pensando lo mejor de los demás... Tenían a la chica más poderosa, capaz de acabar con esta guerra y ¿qué hicieron? La ocultaron quién sabe dónde y nos dejaron solos- 

"Ja-ja...ja No se estará refiriendo a mí...¿o sí?"

-¿Crees que logren su cometido?-

-No me gusta subestimar ni sobrestimar-

-Entiendo- significa que no sólo están atacando, sino que también nos estamos defendiendo... o se están defendiendo.

-De todos modos, ¿por qué estás aquí?- tragué saliva.

-Lord Lob decidió que quiere sacar mi magia antes de matarme- me miró inquisitivo y yo tragué saliva una vez más. No me gustaba decepcionar a nadie.

-Debes tener mucha... ¿se la darás?-

-Nunca- me sonrió- ¿Y tú?-

-El libro no dice nada sobre quitarle la magia a los magos, así que soy el conejillo de indias hasta que logren quitarme algo de magia.- me muestra su muñeca llena de cicatrices.

-O matarte- digo. Él oculta sus muñecas bajo las mangas de la chamarra y evita mirarme.

No puedo evitarlo, me acerco a él y lo abrazo.

-¿Qué estás haciendo?-

-Te transfiero mi fuerza de voluntad.-

-Eso no se puede transferir- Tose o se ríe, no sé.

-Claro, yo lo hago justo ahora- pego mi cabeza a su pecho y, aunque duda un momento, me regresa el abrazo.

No puedo evitar sentirme culpable... ¿qué pasa si en realidad soy la chica que puede acabar con la guerra? ¿Qué pasa si Lord Lob encuentra la manera de quitarme la magia y gana la guerra? ¿Qué pasaría con Darío si eso sucede? ¿Estaría en peligro él también? Y ¿qué habrá decidido él? ¿habrá vuelto para comprometerse?   


La vida secreta de un hada madrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora