Capítulo 24: "¿Vienes?"

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Despierto recostada en una cabaña en el bosque. Emilio espera sentado a mi lado.

-¿Cómo te sientes?- le sonrío.

-Bien... ¿lo logramos?-

-Lo logramos- dice, asintiendo.

-Y... ¿cuál es el plan?-

-Mi plan es...- con eso me dio a entender que no estaba obligada a ir con él- volver al ejército de los mágicos. Tengo mucha información que les será de mucha utilidad.- Asiento y él me mira con esperanza.-¿Vienes?-

-Emilio, me encantaría, pero...-

-No soportas la idea de una guerra, no puedes controlar tu magia, crees que no serás de mucha ayuda y quieres buscar a Darío...-

Me sonrojo ante la última declaración.

-Exacto- admito, porque de todos modos no se me da bien mentir.

-Entonces... ¿qué harás?-

-Me ocultaré en el pueblo-

-Pero te encontrarán.Tu magia...-

-¡ Llévatela !- 

-¿Qué?-

-Llévatela, les será útil.-

-Pero, ¿cómo sobrevivirás? Sin tu magia tú...-

-Lo lograré. No me haces ningún favor dejándome la magia.-

Él asiente, resignado.

Mientras me acerco él me mira, parece nervioso. Junto mis labios con los suyos y comienzo a contar:

1

2

3

el roza mis labios

4

5

6

son suaves y cálidos

7

8

9

10

A penas puedo retirarme a tiempo.

-Te la devolveré. Lo prometo.- me abraza.- ¿Puedo acompañarte al pueblo?-

-Por supuesto- le sonrío.

Caminamos uno al lado del otro. El sonríe.

-¿Qué?- le pregunto.

-Nada-

-Oh, vamos... nadie sonríe por nada.-

-Llevaba cinco años encerrado. Y tú en dos días te hiciste amiga de los guardias.-

-Los animales no tienen maldad... excepto por Lord Lob. Él es realmente mitad humano.-

-Dime, ¿de verdad estaban jugando a la roña?- 

-Sí- ambos nos reímos- Fue muy divertido.-

-Eres demasiado infantil-

-¿Ah, sí?- lo miré directo a los ojos- ¡la traes!- lo toco con mi mano y empiezo a correr.

-No voy a correr-

-¿Qué pasa, mago? ¿Tanto tiempo en el calabozo te dejo muy débil?-

Empieza a correr tras de mí hasta que me toca. Y así, corriendo y jugando, llegamos al borde del bosque frente a la gran muralla. Yo me detuve de golpe y él chocó conmigo haciendo que perdiera el equilibrio. Intenté tomar su brazo, pero él estaba desprevenido y ambos caímos. Sin embargo, logró que yo cayera sobre él.

Ambos nos empezamos a reír. Me levanté y lo ayudé a levantarse.

-¿Aún piensas quedarte como una simple chica?-

-Tal vez no sea tan malo.-

-Tal vez...-

Nos quedamos en silencio. No necesitaba ser hada madrina para saber que él quería que me fuera con él. Pero yo estaba segura de lo que quería... de a quién quería. Lo supe desde el primer momento en el que lo vi.

-Naila... ¿puedo besarte por última vez?- me pregunta- No te preocupes, un mago no transfiere su magia con un beso...-

-Lo sé...- me mira con sorpresa.

Yo me acerco a él y lo beso en la mejilla. Luego lo abrazo y él no tarda en devolverme el abrazo.

-Debo irme...- me dice.

-Cuídate mucho- le digo y él me besa en la frente.

Luego se aleja de mí caminando hacia atrás hasta que a cierta distancia me da la espalda y sigue caminando. Yo lo miro hasta que desaparece dentro del bosque.

-Lo siento, Emilio- 

La vida secreta de un hada madrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora