Capítulo 23:"Debemos irnos"

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Me llevan hasta el mismo lugar de ayer. Temo por mí, pero debo mantenerlos ocupados para que dejen a Emilio en paz, por lo menos un día.

-Esta máquina- dice Lord Lob- calculará exactamente la magnitud de tu magia. Si me la transfieres no tendrás que pasar por esto.-

-Enciendela- 

-¡Bien! Si cambias de opinión puedes gritar mi nombre- la cuerda se desliza dejando mi mano derecha libre. Aprovecho para lanzar un hechizo que convierte a Lord Lob en un pequeño y lindo conejo. Todos los de la sala comienzan a reír y cuando él se da cuenta del por qué se transforma en lobo y brinca sobre mí.

Su peso lastima mi pecho y mis piernas, que es donde está apoyado, pero sólo lo miro a los ojos sin quejarme. Me muestra sus colmillos con furia y encaja sus garras en mí, pero yo no grito... aún no.

-Da gracias a que no puedo masticarte la cara- me dice mientras se quita de encima de mí convertido en la bestia de dos patas que era antes.

Encienden la máquina y duro 5 gloriosos segundos sin gritar. Los números se elevan sin parar; trato de concentrarme en ellos, pero el dolor me lo impide.

"Explota, vamos, explota" pido, porque es mi única salvación, la mía y la del mundo. Sin embargo, no explota... los números siguen aumentando."Necesito dejar de gritar... necesito tomar aire."

-Lord Lob, ya basta. Va a matarla- Escucho a Lord Bunny.

-¡Silencio Rata! Ella puede detener ésto cuando quiera.-

Se llenan las 15 casillas de números en 12 minutos, es hasta entonces que la máquina explota. Lucho por respirar, me duele todo, me punza la cabeza, ojalá hubiera muerto... "No... tengo que sacara a Emilio de aquí."

Me llevan al calabozo como un costal sin vida y me arrojan dentro, literalmente.

Emilio se acerca con cuidado. Las correas de la silla me dejaron marcas, a parte de que las garras de Lord Lob me hicieron sangrar. Eso parece preocuparle; ni siquiera se molesta en preguntarme si estoy bien.

Se asoma, esperando a que los guardias se vayan, luego regresa a mi lado.

-Debemos irnos- me levanta en sus brazos y abre la puerta con una llave.- La conseguí gracias a ti.- me le quedo mirando sin entender nada.

Emilio nos cubre con una enorme capa que no tardo en reconocer: es de Lord Bunny. Sonrío ante el detalle.

Sigo en los brazos  de Emilio. Quiero pedirle que me baje, pero de todos modos no podría caminar. Pasamos por varios pasillos de diferentes colores y cuando llegamos a la puerta, nos encontramos con un guardia.

-¡Alto ahí!- dice y Emilio no puede abrir la puerta.

-Necesitas mi magia.- le susurro.

-¿Qué? No- me dice.

Quito la capa lo suficiente para que yo pueda acercar mis labios a los suyos; no por mucho tiempo, claro, porque el dolor hace que me desvanezca. A lo lejos escucho un disparo, un grito y luego me atrapa el silencio y la oscuridad...

La vida secreta de un hada madrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora