Capítulo 6

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No podía dejar de mirarla, es tan guapa. Es como mirar al cielo y ver la luna llena, no puedes dejar de mirarla. Ella sola te deja sin palabras, pero también contemplas el cielo y eso incluye a las estrellas, las cuales están ahí y hay muchas más pero ninguna llegará a ser tan impresionante como la luna. Ella es mi luna.

Cogió mi mano y se levantó, me extendió la suya y me invitó a levantarme. Apoyó la otra en mi hombro y sonrió.

- ¿Bailas conmigo?

- Tengo miedo de decir que sí.

- No digas nada. --- Empezó a mover sus pies y tuve que seguirla. ---

Solo la miraba a ella. Se reía y se movía lentamente, a pesar que la música que llegaba hasta nosotros no tenía ni una pizca de suave. Se juntó más cerca hasta notar el calor que desprendía. Apoyó su cabeza en mi pecho.

- No escuches nada, solo el silencio. --- Dijo porque veía que estaba distraído por culpa de la música. Acercó su cabeza a mi hombro y me susurró al oído. --- Cierra los ojos y déjate llevar.

Y eso hice, cerré los ojos y me dejé llevar. Por unos instantes no pude oír la ruidosa música de la fiesta. Solo escuchaba su respiración mientras bailábamos en aquel pequeño jardín. Hice que diera varias vueltas y al girar la abracé contra mi pecho, se encontraba dándome la espalda y podía sentir su pecho entre mis brazos. Dejó de bailar y llevó sus manos junto a las mías. Noté como miraba al cielo y después volvía su mirada al suelo, buscando algo. De repente, soltó mis brazos y levantó la vista. Tenía los ojos húmedos y parecía triste pero no podía dejar de sonreír. Me agarró y se abalanzó sobre mí. Sentí un enorme abrazo que me recorrió todo el cuerpo.

- ¿Por qué haces esto, después de todo lo que te hice? --- Dijo, notaba sus lágrimas en mi hombro. ---

- Porque, por alguna extraña razón, has hecho que abra los ojos y entienda un poco mejor este mundo. --- Hice una pausa antes de continuar. --- Porque te quiero.

Me acerqué para besarla pero algo interrumpió aquello.

      - BEBE, BEBE, EL REY, BEBE. -

Parecían todas las personas de la fiesta animando a alguien y mi sentido hermanístico me dijo que era Matt.

- Deberíamos ir, por si acaso.

Corrimos hasta llegar a la piscina donde estaba la mayor parte de la fiesta. Estaban formando un semicírculo en torno a alguien, a su lado había dos barriles de cerveza y ya uno estaba medio vacío. No podíamos ver quién era. Ella se fue por la derecha y yo por la izquierda, enseguida pude ver como dos tíos sujetaban a Matt que se encontraba boca abajo. Sostenía un tubo por el que salía cerveza de los barriles. No paraba de beber.

- ¡¡MATTHEW DEJA DE BEBER VAS A VOMITAR!!

- ¡Soy el rey de la cerveza y debo beber para consolar a mi pueblo!

Me acerqué a unos de los tíos que lo sujetaba y le pregunté cuánto había bebido. Afortunadamente solo un poco pero sí que se había fumado un porro y puede que esta noche me toque ser el padre aburrido.

- Suéltalo, por favor. --- El tío pareció no escuchar. --- Por favor.

- ¿Qué pasa? --- Dijo Tessa que había observado la escena desde el otro lado. --- Oye tío, o lo sueltas o te metes conmigo.

Después de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora