Capítulo 9

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La besé. Ese amor que sientes hacia un niño pequeño cuando sonríe es algo impulsivo. Aunque no lo conozcas de nada sientes como te recorre todo el cuerpo esa sensación de querer pellizcarle los mofletes. Pues ese amor irremediable me hace ver que amo tanto a Tessa que ya no siento esa debilidad por los niños. Aunque siguen siendo adorables.

Ambos estábamos boca arriba contemplando nuestro pequeño universo. En una de las esquinas se encontraba nuestra firma. Un corazón que unía una T y una C.

Nuestras manos estaban unidas y sentí movimiento a mi lado. Se estaba moviendo hasta colocarse encima de mí. La alumna se había convertido en la profesora más guarrilla.

"Tock Tock"

- ¡Chicos! Van a poner la cuarta temporada de Teen Wolf. ¿Por qué tenéis la puerta cerrada? --- Intentó varias veces abrirla. --- ¿Qué hacéis?

- Es que el olor es horrible y no queríamos que se expandiera por toda la casa... --- Tessa no paraba de reírse. ---

- Eh... --- Cogí una bocanada de aire. Estoy seguro que algo se huele y no será pintura. --- Vale. --- Suspiré aliviado. --- ¿Vais a venir?

- Sí. Ya vamos.

Se oyeron varios pasos hasta llegar a la otra habitación. Nos vestimos y nos vimos una temporada entera de Teen Wolf . Después, jugamos a los videojuegos.

Yo, el mejor jugador de videojuegos, había perdido. Ante una chica que nunca había jugado. Seguro que hacía trampas. No me hubiera sorprendido si ya hubiera jugado pero es que tuvimos que explicarle todos los botones.

Sí, soy un mal perdedor.

Al llegar la noche acompañé a Tessa a su casa. Como buen caballero, saludé a su padre antes de irme. Ya lo tenía en el bote. Y por último me despedí de ella con un beso.

Cuando iba de camino a mi casa, iba más feliz que una perdiz, pensando sobre todo en lo de esta tarde. Aunque sí me recomía la victoria de Tessa.

Aquella noche dormí plácidamente. Estos días han sido maravillosos pero muy agotadores. El sueño llegó muy pronto.

(...)

- Eh... Carter... --- una dulce voz que procedía de la oscuridad rozaba mis labios. --- Buenos días, a levantarse. --- Decía suavemente. ---

No podía abrir los ojos, estaba muy cansado. La voz se movía por toda la habitación hasta alcanzar lo que parecía la ventana. La luz me dejó casi ciego. No distinguía aquella figura. Era delgada.

- Venga, levántate. Se te acabó la hora de dormir. Levántate o traigo un cubo de agua y te lo tiro por encima. --- La voz había cambiado, ahora era más grave. ---

Ya podía ver más claro y había girado mi cabeza de nuevo hacia la luz para poder ver quién era, en aquel instante una almohada sobrevoló el suelo y acabó en mi cara. Cuando me la quité ya aquella sombra se había ido.

Deseaba que fuera Tessa, ella es muy capaz de hacer eso. Sus amenazas son muy reales así que preferí vestirme y estar preparado antes de que llegue.

Cogí lo primero que pillé, unos pantalones negros,una camiseta básica gris y mis Adidas negras y desgastadas de hace años. Hice la cama y bajé a la cocina. No había nada en toda la casa. Podría haberlo soñado. Eran las siete y diez minutos. Tenía quince minutos para desayunar. Cogí unos cereales y un poco de leche. Comí despacio, esperando a que alguien llegara y me dijera que era tarde. Pero no pasaba nada.

Como siempre, Matt y yo íbamos juntos al instituto, caminando. Pasamos por delante de la casa de Tessa y tocamos. Nos abrió la asistenta pero ella ya se había ido.

Después de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora