Capítulo 1

3.1K 79 6
                                    

Había empezado la universidad de Turismo y por mi alto nivel de inglés me habían propuesto hacer mi carrera en una universidad de Australia con todo pagado. Cuando me dijeron esto no lo dudé ni un segundo. Siempre me ha gustado viajar. Mi familia me puso algunas pegas pero al final aceptaron, vieron que era una oportunidad única y que lo deseaba con todas mis fuerzas.

Me encontraba de camino a Sydney, mi próxima ciudad por 4 años. Llevaba un montón de horas de viaje y aun me faltaban. No sabría decir cuantas porque había perdido la cuenta.
Me hallaba en mi asiento al lado de una pareja de australianos que volvían para casa o eso es lo que logré entender. Estaba revisando todas las informaciones que me habían dado los de la universidad. Me mandaron un correo diciéndome que en vez de estar en un piso de estudiantes como solía ser normalmente, estaría en una casa. Toda para mi sola. A las afueras de Sydney. Con todo pagado. Todo el mantenimiento y la comida durante el primer año. Para ello me habían dejado una especie de tarjeta de crédito para un supermercado en la casa.
Por lo que vi en las fotos es una casa de dos plantas, con habitaciones arriba, con jardín trasero y piscina. Eso era todo un lujo. Y yo no tenía que pagar nada. La verdad es que con lo cara que es mi Universidad ya puede ser todo esto gratis.

Viajaba en diciembre cuando ya había hecho casi un semestre de clases en España para no perder el tiempo y mejorar mi inglés. En  Australia las clases iban distintas. Allá yo llegaría cuando ellos estarían de vacaciones de verano. Y empezaría las clases en febrero. Así que tendría dos meses para situarme.
Se me hizo muy extraño llenar una de mis dos maletas con todo de ropa de verano siendo diciembre y llevar ropa de verano puesta bajo mi enorme abrigo 3 tallas mayor a la mía que me compró mi abuela antes de irme pensándose que tendría frío al llegar. Puede que le diera uso cuando en Australia fuera invierno.
Eso de que todas las estaciones sean al revés es un lio. Es decir, cuando allá es verano aquí es invierno, cuando allá es otoño aquí primavera, allá invierno, aquí verano, allá primavera, aquí otoño. Aquí mañana, allá noche y viceversa. Que estrés!
Me temía un jet lag increíble cuando llegara. No solamente de horario sino también estacional. Pero supongo que con el tiempo me acostumbraría. Al menos ahora escapaba del frío invierno de España para ir al calor del verano en Australia. Ahora que lo pensaba celebraría las primeras navidades sola, y fuera de casa ¡y en verano! Esto era verdaderamente una locura. ¡Navidades en verano! ¿Qué pasa con las típicas navidades blancas? ¿El salir a jugar con la nieve después de los regalos? ¿Aquí sería ir a la playa después de los regalos y una barbacoa bajo un sol abrasador?
Bueno como siempre había querido, nuevas experiencias.

Después de haber dormido por quinta o sexta vez en el avión, aterrizamos en el aeropuerto de Sydney. Me levanté de ese asiento con el culo chafado como era de esperar. Me dolían todos los huesos. Traté de estirarme un poco para quitar el dolor de los músculos encarcarados. Bajé mi maleta de mano y fui saliendo del avión. Seguí el mogollón de gente que iba a buscar sus maletas. Me situé cerca de la pasarela donde saldría el equipaje y esperé a que eso empezara a girar y las maletas empezaran a salir. Como era de esperar mis maletas salieron tarde. Pero ya era normal en mi. La suerte nunca ha estado de mi parte. A pesar de la oportunidad de ir a Australia. Un momento, ¡ya estaba en Australia! Ese pensamiento me hizo sonreír inconscientemente. Estaba a la otra punta del mundo. No me lo podía creer. Por fin vería otra parte del mundo que no fuera Europa. Pero sola. Eso me ponía un poco triste. A quien lo contaría todo lo que me pasara las 24 horas del día. Vale que podía hacerlo vía Whatssapp a mis amigas de España pero… no era lo mismo. Yo necesitaba hablar con alguien. Yo soy una persona muy habladora, necesito hablar. Y da igual el idioma, ya me defendería como pudiera.

Recogí mis dos maletas más la maleta de mano que coloqué encima de una de las otras y salí hacia fuera. Allí tendría que estar esperándome alguien con un cartelito. ¡Qué vergüenza!
Llegué a fuera y vi a un hombre sujetando un cartel con mi nombre escrito. Me acerqué hacia él. Era hora de empezar a hablar solamente inglés. Tenía que tragarme mi vergüenza de hablarlo y dejarme llevar en las conversaciones como si fuera mi propio idioma.
-Yo: ¡Hola! Soy Ares Blanco.- le dije al hombre con una gran sonrisa.
-Chofer: encantado de conocerte. Yo soy el chofer que te llevará a tu casa.
Asentí y nos fuimos hacia el coche. Él me ayudó a llevar una de las dos maletas. Pusimos las maletas en el maletero y fuimos rumbo a la que sería mi nueva casa. Nada más entrar en el coche mi abrigo pasó a ser un paquete más que llevar en las manos.

Wherever You Are (Ashton Irwin FanFic) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora