Capítulo 7: ¿Desprendiéndome del magneto?
PDV Connor.
Estaba rebosante de alegría. Ya quería volver a sentir su mano sobre mi pelo. Aun podía oler su presencia en mi pelambrera.
Y verla sonreír también había sido grandioso. Me mantuve todo el viaje de regreso recordando ese corto pero casi perfecto tiempo vivido juntos, una y otra vez.
Cuando llegué Jack caminaba de un lado a otro, parecía preocupado. Cuando me vio una mezcla de alivio y enojo surcó su expresión, dándole un aspecto feroz. Corrió hacia mí.
-¿Dónde habías estado?-preguntó, con tono acusador- ¡estábamos preocupados por ti!
Me sentía desconcertado por tan repentino ataque. Busqué a Luka con la mirada, solo unos metros más allá.
-Le dije a Luka que estaría en la casa de Marion...-volví a fijar mi mirada en Jack.
-¡Sí, hace horas! Sharon fue a buscarte, y no te encontró en el patio de la humana.
-Es que estaba…-no me había decidido a contarles o no, pero estaba contra la espada y la pared.-Entré a su casa.-admití.
-¿Qué?-ahora la mirada del lobo blanco era de perplejidad.
-Así va a descubrir nuestro secreto, ¡se suponía que actuaras como un lobo normal! Imbécil, ¿por qué siempre haces todo mal?-esa era Sharon.
Resoplé. Estaba harto de gritos e insultos. ¿Por qué era tan malo?
Y…¿cuanto tiempo había pasado desde que me fui de la cabaña?
Era la tarde cuando partí y ahora…ya era de noche. Seguro habían pasado unas tres horas.
Cualquier grito que tuviera preparado Jack se mantuvo dentro de su cabeza. Se quedó callado, pero con una expresión que pareciera a punto de explotar. Finalmente, cuando se calmó, habló.
-Sabías, desde el primer día que la conociste, que tenías que actuar como un lobo normal, para que no nos descubran. Un lobo normal; no entra a la casa de los humanos, ni se llena de caricias.-me sorprendió que supiera eso, pero seguramente había olido el aroma impregnado en mi pelaje.- harás la guardia nocturna por dos días, por la indiscreción.-me miró fijamente-y no volverás a ver a la chica, es demasiado arriesgado.
Quedé impactado por lo que dijo. Inmóvil. Iba más allá de mi comprensión… ¿me estaba ordenando dejar a mi ángel, a la cual solo unos momentos antes había prometido silenciosamente nunca abandonar?
El líder entró a la cabaña furioso, y los demás lo siguieron. Preferí eso, estar solo, tener tiempo para reflexionar.
Algo que teníamos en común con el resto de animales y humanos era el dormir. Dormíamos tanto como los demás, y nos era igual de necesario. Por lo tanto, quedarse despierto toda la noche haciendo guardia era de lo más agotador. Y hacerlo dos días seguidos era una tortura. Pero aun así ese castigo no era nada comparado con el otro.
Que obviamente no iba a obedecer. Nadie, ni siquiera mi alfa, iba a separarme de Marion. Eso era seguro. Aunque tuviera que luchar contra él. Pero en verdad, prefería no hacerlo. Principalmente suponiendo que quisiera conservar mis cuatro patas. Era obvio que perdería en una pelea así. Tendría que verla a escondidas, ahora no solo de los humanos, sino de mi propia manada. Pero… ¿en qué momento? Estábamos juntos casi todo el tiempo como lobos…aunque no tanto como humanos.
Si me consiguiera un trabajo, (ya buscaría una excusa) podría mentir sobre los horarios e ir con ella, para luego volver con mí manada como si sólo hubiera vuelto del trabajo. Eso podría funcionar.
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Huellas De Un Lobo
Người sóiConnor es un hombre lobo, y tiene un problema: se enamoró de una chica, y no se resiste a visitarla a diario, pero ella cree que no es más que un lobo común y corriente en su patio.