CAPITULO I

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Todavía recuerdo ese dos de junio como si hubiese sido ayer, la noche ya había caído. Pasaban de las 11 de la noche y aun me encontraba en mi habitación, llorando, ya se me había hecho costumbre. Lloraba, porque aun no había encontrado a alguien que me ame; alguien con quien compartir su vida conmigo, alguien a quien esperar después de salir de trabajar; yo solo quería ser como los chicos de mi edad, esos que tenían su propia historia de amor.

Recuerdo jóvenes que se criaron conmigo y otros que estudiaron conmigo, todos con su propia historia excepto yo.

 Esa era la causa de mi sufrimiento, yo ya no quería hablar con nadie, solo quería estar encerrado en mi habitación y preguntar a  Dios, porque me pasaba eso a mí. Solo, con llanto y lagrimas todas las noches , así era siempre hasta quedarme dormido. 

Después de tanto llorar, al fin pude quedarme dormido. A la mañana siguiente me prepare para mi rutina diaria, para ir a trabajar. Mi trabajo era un poco entretenido para mi, ya que podía encontrarme con todos mis amigos y distraerme.

Me preparaba para ir a la casa de mi amigo Alex, así era todos los días para ir juntos al trabajo, él estaba adentro desayunándose; la que estaba ahí era Rosa. Rosa era la hermana menor de Alex, aunque nunca he platicado mucho con ella, siento que me cae súper mal.

Dije: -hola, buenos días Rosa ¿se encuentra Alex?

-Ella respondió: - hola, si, se está desayunando; ya te lo llamo;

Llamo a Alex: -ven, que Antoni esta aquí.

 Alex respondió: dile que me espere, que ya voy. Al minuto salió Alex. Nos dirigimos hacia el trabajo. Así eran todos mis días, tan monótonos. 

Así pasaron los meses. Por cuestiones de reducción de personal, me despidieron del trabajo. Me sentía bastante mal; ya no tenia trabajo y todavía no tenia novia. Me sentía como una persona sin alma, tan vacío y sin vida. En esos siete meses que pasaron, trate de buscar el amor; lo busque por todos lados, pero no lo encontré. Cuando pensaba que ya lo había encontrado de una manera u otra terminaba dándome cuenta que no era así. Me fallaban, terminando siempre solo.

Y la felicidad que !!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora