- ...al menos no eres un hombre de 25 que hasta ahora no tuvo su primer beso
- No puedes estar hablando en serio...
- Pues créelo. Me habré acostado con varios chicas y chicos y ni una vez he besado, eso si es vergonzoso -Tao se acercó inconscientemente hacia los labios de Leo- ¿qué haces?
- Pues yo te enseñaré
- ¿De qué hablas? -sin perder más tiempo Tao tomo el rostro de Leo entre sus manos, se relamió los labios y besó a Leo quien correspondió al beso con torpeza en un principio pero luego pudo seguirle el ritmo-
Muchos cometen locuras estando ebrios y éste podría ser el caso.
Leo es un depravado y pervertido por experiencia, Tao es un curioso y pervertido en potencia, ambos no están en sus sentidos y es muy posible que algo más suceda.
Ese beso es exigente y el menor quiere dominar a toda costa, Leo lo nota y de inmediato lo aleja, para luego recostarse en la cama y darle la espalda. A Leo nunca le ha gustado que lo dominen y ahora incluso sin sus sentidos al cien por cien, no va a permitirlo.
Tao se recuesta a su lado riendo en silencio, su mirada demuestra lo travieso que puede llegar a ser y sus curiosas manos viajan por el cuerpo de Leo, poco a poco bajando a la entrepierna pero Leo lo detiene antes que toque algo que podría despertar con un roce pues está muy sensible.
- Ni lo intentes mocoso, te vas a arrepentir... Te lo advierto.
- Pero si yo no estoy haciendo nada malo
La risa de Tao dice mucho, esa inocencia sólo es una fachada, detrás de un Tao ebrio hay un pervertido.
El mayor trata de ignorarlo haciéndose el dormido, él sabe cómo jugar para hacer caer a su presa. En cambio el moreno hace un movimiento repentino, dejando a Leo con la vista hacia arriba. El menor juega con fuego pues se sienta cerca del miembro de Leo.
- Lo que sea que intentes, déjalo. Te vas a arrepentir
- Y si continúo ¿qué? ¿Vas a hacerme algo? –esa voz suena retadora para el mayor, peor aun cuando Tao se mueve y causa una deliciosa fricción sobre su miembro-
- No sigas, estás jugando con fuego –al menor no le importa en absoluto, sigue moviéndose hasta que algo ahí abajo endurece-
- ¿Qué es esto? –Tao dice con completa inocencia dando leves brinquitos en la misma zona que hacen a Leo soltar algunos jadeos y uno que otro gruñido-
- Detente, te lo advierto.
- Oye, está muy duro, es incómodo... -el menor ignora las advertencias del mayor, quiere molestarlo, pero también quiere llegar a más-
- Es todo te lo advertí –Leo trata de levantarse para darle su "castigo" al menor pero éste de inmediato lo empuja haciendo que rebote en la cama quedando a merced del moreno-