Sinfonía.

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Los árboles en otoño eran la cosa más maravillosa que alguien podría llegar a contemplar en su vida; o al menos eso creía ella.

Era simplemente increíble el hecho de que las hojas de los robles perdieran aquel color brillante tan característico que las distinguía para convertirse en algo un poco más opaco... el color marrón y el anaranjado eran los tonos que adornaban el bosque aquella tarde de otoño.

Aquella tarde era como cualquier otra en la vida de Lauren Jauregui; recorrer el bosque después del instituto era parte de su rutina y eso era lo que hacía que su día fuese normal. Cualquiera que conociera a la chica de ojos verdes sabía perfectamente que ella era una amante de las rutinas y que le gustaba seguirlas al pie de la letra. Comúnmente se levantaba a las 7:30 am de su cama, preparaba todo para ir al instituto y bajaba los 24 escalones que separaban los dos pisos de su casa para poder sentarse en la mesa de madera posicionada justo en el centro del comedor y desayunaba lo que sea que su madre hubiese preparado. 

Después de eso, Lauren tenía que esperar mínimo 10 minutos para que sus dos hermanos menores terminaran de arreglar sus cosas para asistir a clases, cuando lo hacían, la mayor tenía que salir de su hogar para encender su automóvil y conducir 15 minutos hasta llegar al instituto junto con sus hermanos.

Lo que seguía después de eso era poco más de lo mismo. Entraba a clases e intentaba concentrarse al máximo en ellas pero maldita sea; era inútil. Ella no encontraba alguna otra palabra para poder describir su situación en el instituto... era algo completamente inútil. No porque no entendiera las clases, lo hacía; por supuesto que lo hacía. La chica de ojos verdes siempre había tenido un promedio impecable en el instituto, pero por Dios... sus notas no eran increíblemente buenas debido a la escuela, simplemente... Lauren siempre había sido una chica que valía la pena destacar por su inteligencia. 

En fin, ahí estaba ella. Caminaba por el sendero hecho de baldosas de cemento grises que estaban comenzando a agrietarse... ¿Cuánto tiempo llevaba ese sendero ahí? No sabía la respuesta a eso, pero estaba segura de que en cualquier momento el camino iba a dividirse en un montón de pedazos de cemento.

Había un mentón de hojas marchitas que amortiguaban su caída en el suelo después de haberse desprendido de las ramas de aquellos enormes robles que adornaban el bosque entero e impedían que la luz del sol llegara a resultar ser algo molesto para la ojiverde. Era un paisaje completamente hermoso digno de una postal; o al menos eso pensaba ella. 

Lauren no estaba segura de cuánto tiempo llevaba siguiendo aquel sendero que solo hacía que se adentrara cada vez más en aquel enorme bosque y hasta entonces no había encontrado absolutamente nada que captara su atención. Estaba decidida a irse debido a eso, pero fue entonces cuando la escucho...

Una melodía.

La chica de ojos verdes tenía que admitir que no podía percibir muy bien el sonido de aquella hermosa sinfonía, pero había algo de lo que estaba segura... aquel sonido tan hermoso era proveniente de una melódica.

Lauren no se consideraba fan de la música clásica pero tenía que admitir que después de escuchar aquella hermosa melódica investigaría un poco más acerca del tema...

Siguió caminando, solo que ahora lo hacía de una manera un poco más rápida de lo usual... necesitaba encontrar a la persona que estaba produciendo ese hermoso sonido con la ayuda de la melódica que había distinguido antes. El sonido se hacía cada vez más y más presente conforme iba avanzando, con cada paso que daba ella sabía que se estaba acercando cada vez más a la persona que tocaba aquella preciosa sinfonía.

Camino solo por un par de minutos más hasta que lo logro... logro encontrar a la persona que estaba tocando, aquella persona que decidió explotar todo su talento con la melódica justo en medio de la nada... en lo profundo de un bosque, en donde nadie podría escucharla jamás. – o al menos eso esperaba ella.

La respiración de Lauren se quedo atorada en su garganta al notar quién estaba produciendo aquel hermoso sonido... era una chica.

Una chica de piel morena, castaña, un poco más baja y delgada que ella...

No lograba describir algo más acerca de la misteriosa chica que acababa de encontrarse en un lugar del bosque en el cual jamás había estado antes... no podía decir mucho acerca de ella, pero maldita sea... estaba segura de que era la chica más hermosa que había visto en su vida.

La ojiverde sonrió torpemente al notar que la chica de piel morena estaba completamente absorta en sus pensamientos, concentrada al 100% en la sinfonía que estaba produciendo con su melódica... aquella sinfonía que Lauren jamás olvidaría.

La sonrisa de Lauren desapareció cuando la castaña dejo de tocar, había alejado sus labios de la boquilla de su melódica y se había decidido a abrir los ojos después de un rato. Fue entonces cuando la ojiverde lo noto... ella había estado llorando.

La más bajita inmediatamente limpió las lágrimas que estaban recorriendo sus mejillas con el dorso de su mano, después de deshacerse de ellas, noto la presencia de alguien más en aquel bosque...

Fue entonces cuando los ojos de ambas chicas se encontraron por primera vez.

Lauren pudo notar lo cristalinos que estaban los ojos de la morena debido al llanto...a decir verdad, estaba un poco desconcertada. En cuanto la ojiverde reaccionó, no hizo más que sonreír débilmente sin estar muy segura de cómo se presentaría... estaba completamente cautivada en ese momento, simplemente... no podía pensar.

Al ver aquella sonrisa, la más bajita comenzó a sentirse un poco intimidada... no sabía qué hacer ahora... alguien la había oído. Alguien la había visto.

Segundos después, la chica de ojos verdes estaba decidida; estuvo a punto de decir algo pero pudo notar cómo un par de lágrimas se deslizaban de nuevo por las mejillas de la morena.

Ella jamás pudo preguntar el motivo de esas lágrimas.

Acto seguido, la castaña sujeto su melódica con fuerza y se echo a correr siguiendo el sendero de baldosas sin saber siquiera a dónde dirigirse ahora... estaba tan avergonzada que ni siquiera tuvo tiempo para pensar en lo que haría, solo actuó por impulso.

Lauren frunció el ceño en señal de confusión... ¿Qué demonios había sucedido?

Ella no podía explicar correctamente lo que había visto, tampoco lo que había oído... ella no sabía ni siquiera que lo que acababa de suceder quizá sería el comienzo de algo grande.

La ojiverde soltó un suspiro y giro sobre sus talones, comenzando a caminar en el sentido contrario esta vez, con toda la intención de volver a su hogar.

Sonrió débilmente al recordar a la hermosa chica que era responsable de aquella hermosa sinfonía, sin duda esa escena iba a ser algo inolvidable para Lauren Jauregui.

¿No es curioso como las escenas más inolvidables pueden ser tan triviales?

* * * *

Hola!

Primero que nada debo aclarar que este es el primer fic que escribo en mi vida jajaja, así que no espero que sea lo suficientemente bueno ni nada por el estilo. No sé si se me da bien escribir o no, tampoco sé si a ustedes les va a gustar esta historia o no, pero si que estoy segura de que me gusta escribir y también de que escribo este fic con todo el cariño del mundo, de verdad he estado pensando en publicarlo desde hace tiempo pero no me había atrevido hasta ahora.

En verdad espero que alguien lo lea, y si es así, espero que a esa persona le guste tanto como a mí:3

Así que, si alguien llega a leer esto en algún momento, ¡Nos leemos luego!

Ame.

The girl in the forest. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora