Perdidamente enamorado.

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Aquella noche, Lauren había caminado junto con Camila hasta dejarla en casa sana y salva. El plan al inicio no había sido ese; se supone que ella y Vero conducirían hasta el hospital para recoger a Louis y llevarlo a casa, después de eso, la castaña se encargaría de darle un aventón a la ojiverde hasta la suya.

Obviamente eso no fue así debido a que Lauren literalmente había echado a Vero de su conversación junto con Camila, ella simplemente no podía permitir que su mejor amiga se quedara junto a ellas... Vero tenía toda la intención de coquetear con la chica de piel morena, y a decir verdad... le daba un poco de miedo.

En ese momento, la ojiverde había llegado a su hogar, – que solo estaba a unos diez minutos de la casa de Camila – abrió la puerta inmediatamente.

En cuanto entro, pudo notar que sus dos hermanos menores estaban sentados en el sofá que estaba perfectamente posicionado en el centro del salón principal, la mirada de ambos estaba enfocada en la televisión; notó inmediatamente que estaban viendo Pulp Fiction.

– La besé.

Dijo poco después de haberse sentado justo al lado de su hermano menor.

– Shh.

Dijeron corearon ambos, haciendo que Lauren se echara a reír.

– Ni siquiera me han escuchado.

La ojiverde escuchó un quejido proveniente de los labios de Chris.

Fue entonces cuando el castaño se inclinó un poco hacia la pequeña mesa de cristal que estaba tan solo a un paso del enorme sofá, tomó el control remoto de la televisión, pausando la película inmediatamente.

– Gracias Chris.

Rió la mayor.

– Bueno, ¿Qué fue lo que dijiste hace un momento?

Cuestiono Taylor mientras sonreía inocentemente.

La mayor rodó los ojos. Aquello era lo suficientemente común entre sus hermanos como para ya haberse acostumbrado. Sus hermanos a veces eran demasiado desinteresados, que no solían escuchar lo que Lauren tenía para decirles, – al menos la mayoría de las veces – aquello no le molestaba, de hecho... ella podía llegar a pensar que era algo demasiado cómico.

– He dicho que...

El tono de mensajes del teléfono celular de su hermano menor la interrumpió.

Chris hizo una seña con su mano derecha, indicando que parará de hablar. Inmediatamente tomó su teléfono de la misma mesita de cristal solo para poder leer el mensaje que le había llegado.

– Nada importante, es solo el coach Miller. – Notificó el castaño – Continúa.

La mayor rió por lo bajo mientras asentía levemente con la cabeza.

– Quería decirles que...

Esta vez fue el timbre. Taylor se echo a reír al escucharlo.

– Lo siento, hemos pedido pizza.

Menciono su hermana menor mientras se ponía de pie, caminó hasta la puerta y le entregó el dinero al repartidor.

– Continúa.

Insistió su hermano menor.

– Bueno, decía...

En cuanto el chico de la pizzería se fue, Taylor se encargó de levantar la tapa de cartón, analizando su contenido. Frunció el ceño.

The girl in the forest. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora