La luz de la vida.

7.4K 622 135
                                    


Lauren había abrazado a la chica de piel morena hasta que el llanto se detuvo. El sol ya se había ocultado, el cielo comenzaba a oscurecerse.

Ambas sabían que tenían que separarse para poder regresar a sus casas, pero... ninguna de las dos quería hacerlo. Las dos chicas se sentían cómodas y tranquilas con el simple hecho de sentir la cercanía de la otra.

Camila no quería que la ojiverde dejara de abrazarla, ella se sentía segura. Era como si los brazos de Lauren hubieran creado una fortaleza que solo las rodeaba a ellas dos. Gracias a aquel abrazo, Camila pudo sentirse segura de nuevo. Parecía que la más alta las había apartado a ambas de la civilización.

– Mila...

Una voz masculina hizo que ambas se sobresaltaran.

La morena se soltó rápidamente del agarre de Lauren maldiciéndose mentalmente por tener que hacerlo.

Shawn había llegado en un momento inoportuno; él siempre llegaba en los momentos más inadecuados. Ahora mismo lo único que quería hacer la chica de piel morena era matarlo.

– Es hora de que te lleve a casa.

Fue ahí cuando la expresión de Lauren cayó.

Ella tenía la esperanza de que Camila de nuevo no tuviera manera de regresar a casa; Lauren quería pasar un poco más de tiempo con ella... Lauren siempre quería pasar un poco más de tiempo con la morena, pero eso no siempre era posible.

Shawn se sentía desconcertado, su mejor amiga jamás había tenido la seguridad para hablar con alguien; mucho menos para derrumbarse en frente de cualquier otra persona que no fuese él. En ese momento el castaño comenzó a preocuparse... no quería que alguien llegara repentinamente a quitarle su lugar. Él conocía a la morena desde hacía ya demasiado tiempo y no estaba dispuesto a dejar que la apartaran de su lado... no lo iba a permitir.

Camila asintió levemente con la cabeza. Le dedicó una mirada significativa a la ojiverde y comenzó a caminar hasta su viejo amigo.

– Adelántate, ¿Está bien?

Los ojos de la morena se abrieron como platos al escuchar eso, quería replicar, pero... ella no era capaz de hacerlo.

Asintió levemente mientras seguía el sendero de baldosas que la guiaría hacia la salida.

– ¿Necesitas algo?

Cuestiono de mala gana la ojiverde.

El ceño del castaño se frunció al escuchar aquello.

Sí, sí que necesitaba algo... él necesitaba que ella saliera del camino. Se estaba poniendo en medio sin siquiera conocer a la chica de piel morena... nadie la conocía mejor que él. Él siempre había sido su mejor amigo, la única persona que se atrevía a defenderla de los maltratos diarios que recibía en el colegio, el único que se había molestado en hablarle sin siquiera importarle lo que los demás pensaran de él, el único chico que estaba dispuesto a recibir mil palizas diarias solo para que a ella la dejaran en paz...

Él era la única persona que se había enamorado de todos y cada uno de los aspectos de la morena. Y no estaba dispuesto a dejar que una estúpida chica llegará para intentar arrebatarle lo único bueno que le había sucedido en la vida.

– ¿Qué mierda planeas Jauregui?

La ojiverde se encogió de hombros.

Ella no la conocía... ella no sabía absolutamente nada de Camila.

A ella le gustaban los animales de peluche. También le gustaban los postres. Ella era frágil, una chica ordinaria.

Ella era ligera... era tan ligera. De alguna manera él estaba seguro de que las cosas saldrían bien. Él creía firmemente que ella solo estaba jugando en el hospital, porque él sabía que aunque fuese una chica frágil, en el fondo de su corazón era una de las personas más fuertes que había conocido en su vida.

En ese momento, él no sabía si debía reír porque eran amigos o llorar porque jamás serían más que amigos.

– ¿Qué te hace pensar que estoy planeando algo?

El hecho de que no te hayas alejado de mi chica desde aquel día en la tienda de discos.

Pensó inmediatamente.

Fue entonces cuando los puños del castaño se cerraron. Su paciencia estaba llegando a su fin.

Ella era frágil y parecía como si fuese a desaparecer, pero... brillaba con toda su fuerza. Brillaba al son de los latidos de su corazón. Ella era la luz de la vida.

Él no quería que esa luz se apagara de nuevo... él no quería que ella fuera la causa por la cual aquella luz pudiese llegar a desaparecer.

– Solo te daré una advertencia, – Comenzó a hablar – si llegas a lastimarla... en serio te mataré.

Dicho eso, giro sobre sus talones y caminó rápidamente por aquel fastidioso sendero de baldosas hasta llegar a su coche. Subió rápidamente, puso en marcha el motor y comenzó a conducir hacia la casa de Camila.

– ¿Desde cuándo eres tan cercana a Lauren Jauregui?

Preguntó repentinamente.

– No lo sé.

Dijo en un susurro mientras una risita torpe se escapaba de sus labios.

Hubo un silencio bastante incómodo – al menos lo era para él – por un par de minutos.

"Tienes corazón, Shawn. Sólo que se te da bien esconderlo que ni tú mismo lo encuentras. Por eso... yo lo encontraré."

Los ojos del castaño se humedecieron al recordar aquello... aquellas palabras habían sido las primeras que él había escuchado por parte de su mejor amiga. Aquellas palabras habían sido las que habían cambiado su vida por completo.

Me gusta, Shawn.

Confesó ella.

En ese momento, el corazón que Shawn dudaba tener o no, se rompió en mil pedazos.

Aquellas palabras se lo habían confirmado; Jauregui se la había arrebatado...

No me gusta, no me gusta, no me gusta. Ya sé que no tengo que pensar así. ¡Pero no me gusta! ¡Si, no me gusta, no me gusta! Siempre estaba a mi lado. Siempre estábamos juntos. En los momentos felices y en los tristes. Sin embargo... cuando me di cuenta, estaba lejos. No estoy a su lado. A su lado hay otra persona. ¡No me gusta! Maldita sea... ¡Mírame a mí! No mires de esa manera a nadie más que no sea yo... por favor...

– Me alegro por ti.

Murmuro el castaño aparcando su coche en frente de aquella familiar acera.

– Gracias por traerme.

Agradeció mientras se inclinaba en el asiento para depositar un rápido beso en la mejilla del castaño.

En cuanto la morena salió del automóvil, el mayor cerró los ojos.

Todo lo que dices y haces es tan brillante que me deslumbra y me hace cerrar los ojos.

Fue entonces cuando se quebró.

"Tienes miedo de subir al escenario porque ensayaste con todas tus fuerzas. Porque te entregaste con cuerpo y alma a la melodía. Por eso tienes miedo de mostrarlo. Si alguien se detiene a llamarte absurda sin razón, yo lo mataré."

Él siempre había estado ahí para ella, pero...

"Ustedes dos siempre han estado juntos. Cuando él se siente dañado. Cuando tú te sientes dañada. ¿Qué es lo que haces? ¿Qué es lo que él hace?"

¿Cuándo ella había estado ahí para él...?

"Todo el mundo se apoya en sus propios sentimientos, Shawn."

No existía ninguna manera de que él pudiera hacer aquello solo. Llega hacia ella. Llega hacia ella. Él estaba apostando en eso... deseaba poder llegar hacia ella. Pero...

Ella ahora estaba al lado de alguien más.


The girl in the forest. (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora