Capítulo VII: Un Oscuro Rencor

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Aaron

Estaba harto de los tantos prejuicios contra los zorros, aquella discriminación insoportable que hacía que nuestros días fueran duros y nuestras vidas infelices. Somos excelentes ocultando nuestros sentimientos, y así, pudimos prosperar, pero, tuvimos que recurrir a la vida criminal, no por que fuéramos genéticamente predispuestos a los engaños y negocios turbios, eso, era mera coincidencia, más bien, fue por culpa de la población, ellos nos obligaron a tomar esa decisión, no había otra manera, el hambre era más grande que el orgullo de mantenernos al margen, esa fue la razón por la que llegué hasta aquí. Estaba esperando este momento por mucho tiempo, el poder obtener justicia para todos los de mi especie, no era venganza, era más bien una disposición en mi deber, cuyo objetivo, era realizarlo de una manera u otra, con mi vida si era necesario, ese era mi ideal. La Orden fue creada por zorros, tenía que finalizar lo que ellos en un principio habían comenzado.

«Los haré pagar, a todos y cada uno de ustedes» pensé para mis adentros, con una mirada frívola mientras observaba un gran monitor que se encontraba frente a mí.

  — Este, es el comienzo del dolor que tuvimos que soportar desde la fundación de esta porquería de ciudad — bufé de rabia mientras unas cuantas garras rasgaban levemente la piel del sillón, en el cual, me encontraba sentado.

La habitación donde me situaba era completamente oscura, aquella oscuridad me tranquilizaba, no era ningún problema para mí el estar así, sin luz alguna, la visión nocturna era una gran cualidad que poseíamos nosotros los depredadores, podía fácilmente ver a mis alrededores.

Seguía mirando la enorme pantalla, su tenue luz provocaba un leve rastro de soñolencia en mi ser, pero, de alguna manera, el licor que tomaba en ese momento hacía que aquella somnolencia desapareciera, las imágenes que observaba eran muy claras, los cuadros que aparecían en el monitor me mostraban las calles, avenidas, plazas y construcciones importantes de la ciudad. Habíamos podido infiltrar el sistema de vigilancia de la gran metrópoli, ahora, podía ver claramente lo que ocurría en cada rincón de Zootopia.

Mis ojos en todas partes.

Sentí como alguien se acercaba y rápidamente gruñí al notar que un animal se encontraba parado en la entrada de la habitación. Aquel sujeto era un zorro negro de ojos acuosos, estaba vestido con un traje militar de asalto, parecido a aquellos trajes que utilizaban las brigadas especiales Z.W.A.T de la ZPD.

  — ¿Qué es lo que quieres? — espeté con cierto enfado en mi voz.

  — Más vale que sea algo importante Matthew, ordené que no me molestaran — agregué llevando mi atención nuevamente a la pantalla, tranquilizándome un poco y dando un sorbo a la bebida que tenía en mi pata.

  — Lo siento, señor Wilde — dijo el zorro negro completamente calmado y firme, mirándome con un gesto disciplinado y serio.

  — Estamos listos, para la extracción, señor

  — ¿Cuál es la situación actual de la operación? pregunté seriamente mientras optaba por pararme y dirigir mi mirada fría hacia Matthew.

  — Los señuelos han comenzado, las explosiones se dieron hace media hora, señor — dijo Matthew sin trabas y sin una pizca de nerviosismo en su interior, aquel zorro era un soldado excepcional.

  — Las brigadas de ataque se extendieron a cada rincón de la ciudad y han comenzado su misión, todo marcha de acuerdo al plan, señor

  — Bien — dije en tono cortante mientras sonreía levemente.

  — Una última cosa, señor — dijo Matthew sonriendo.

Zootopia: Dark TimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora