Quizá hubo muchas cosas que hizo falta decir.
Por parte de Yao, por parte de Iván... muchas palabras no fueron pronunciadas, omitidas, olvidadas, pero que de una u otra forma fueron dichas, contradictorio, ¿no?
Para avanzar un poco más, primero debemos saber que fue lo que sucedió después de que el eslavo dejara en el aire la pregunta.
Por supuesto, Yao se quedó petrificado, es decir, aquello... ¿sería una cita?, tan sólo ese pensamiento había teñido sus mejillas con un suave tono escarlata, había abierto sus ojos de par en par y había hecho que su pulso se viera en drástico aumento, ¡Eran demasiadas emociones juntas para su pobre corazón! Pero, no era como si hubiese estado esperando aquello con ansias, no era como si hubiese estado enamorado de Iván desde hace tiempo y aquello representaba un sueño hecho realidad, no, nada de eso, pues Yao a penas y conocía al ruso, por supuesto, le agradaba y se sentí a gusto en su compañía, le parecía adorable y quizá... ¿atractivo? Pero nada más allá de eso, no fue lo que dijo... sino... como lo dijo.
Su tono de voz, su sonrisa y la forma en la sus ojos le miraron de forma traviesa.
Fue algo inexplicable que no hizo más que causar una oleada de calor en las mejillas (¡Y en el cuerpo entero!) del asiático.
Pero lo pensó, no por demasiado tiempo, pero lo hizo, considerando entre si sería una buena idea o no aceptar, y con el pensamiento de que sería su única oportunidad de cenar con algo de paz y que quizá todo aquello de la cita no era ni más ni menos producto de su propia imaginación, aceptó, con un "Suena muy bien aru" acompañado de una pequeña sonrisa.
Iván por su parte ensanchó su sonrisa.
¿Qué si había sido una cita?
Quizá...*
Y nada más una dirección, una fecha, un cruce de palabras y una sonrisa habían sellado todo.
Por supuesto, Yao no se hallaba demasiado seguro, por lo cual a la hora de salir del hotel, una simple excusa fue su justificación ante sus primos, quienes, obviamente detectaron la mentira al instante, pero teniendo el pensamiento de que su hermano mayor ya estaría lo suficientemente grande como para salir sin tener que dar explicaciones, decidieron sonreír y asentir, más añadiendo un "Diviértete... ¡Pero no demasiado!" lo último por parte del coreano.
Sin nada más que decir salió hasta su destino, corto fue el trayecto, quizá demasiado pues el restaurant quedaba curiosamente cerca del hotel, pero fue lo suficiente como para reflexionar durante la caminata, aquella acompañada del sereno de la noche, transeúntes despreocupados y un enorme cielo negro que los acogía.
Reflexionó muchas cosas, ¿sería una buena idea relacionarse demás con alguien a quien probablemente nunca volvería a ver después de regresar a su hogar? No debería, no debería encariñarse, acostumbrarse, apegarse, él había cometido ese error antes y lo lamentaba, aunque... no se arrepentía de haber caído, sino de no haber hecho nada al respecto...
En todo caso, quizá ya era muy tarde como para considerar aquello.
Entonces finalmente llegó, a simple vista parecía un lugar con aires... sofisticados, desde fuera se veía una atmósfera rústica y un nombre que no alcanzó a leer, pues a penas al empezar a detallar el sitio una mano enguantada había llamado su atención.
Era Iván.
Sin dudarlo se acerca hasta allí, el eslavo parecía hacer una corta fila, con a penas tres personas por delante de él y unas dos atrás, cada quien esperando su turno.
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Aquel Despistado Turista. (Rochu)
FanfictionItalia, ¡ah que país más hermoso! De todos los lugares aquel era uno de sus favoritos (Por supuesto, después de su país de origen) Que buena suerte haber ganado aquel viaje, nada más y nada menos que un mes entero, ¿se podía contar con mejor for...