Lake Violet

Capítulo 17

Tania tiene razón, es mejor que se muera ahora. Pero su vida no se da por vencida, aún sigue riéndose de ella, manteniéndola en la fina línea que separa la vida de la muerte. Yace tumbada en el suelo encima del charco de su propia sangre, pero ya le da igual. Prueba a dejar de respirar y parece que hasta le llega a no doler nada, pero sus pulmones no le dejan mucho tiempo sin respirar y gritan hasta que coge otra bocanada de aire. Mantiene sus manos entrelazadas por debajo del pecho, comprobando como costosamente sus pulmones se extienden y se contraen. Cierra los ojos y se relaja, dejando que pase el tiempo que tenga que pasar. Ha dejado de pensar en nada ni nadie, ya le dan igual las respuestas que quería oír. Oye unas pisadas lejanas que se acercan hasta detenerse frente la celda en la que se encuentra.

—Vete —susurra con voz oxidada.

Si va a morir quiere morir en soledad. No quiere espectadores que presencien su muerte.

—¿Estás bien? —dice una voz que hace que Alexia oiga como su corazón late rítmicamente.

—¿Chris? ¿Eres tú? —pregunta esperanzada, sospechando que la voz sea parte de la paranoia.

—Sí, soy yo —afirma.

Su voz no emite seguridad ni tranquilidad como siempre. Es…distinta en parte. Apagada. Como si dudase de quién es él mismo. Pero está claro que es él.

—Oh, dios mío, Chris —unas finas lágrimas de felicidad brotan de sus ojos resbalando por las mejillas hasta llegar al suelo.

—¿Qué pasa? ¿Por qué sabes mi nombre? —pregunta con un hilo de voz como si fuera un niño pequeño aterrado.

—No estoy para bromas. ¿Por qué no iba…? —palidece al recordar las palabras de Tania: “El estudio está bastante avanzado, casi finalizado, tiene que acabarlo, de hecho, acabamos de llevar acabo nuestro primer experimento y creo que ha resultado funcionar bastante bien la verdad, ya me dirás qué opinas cuando le veas.” —. Oh, no. No, no, no. Imposible —dice en el intento de sacarse esa idea de la cabeza.

—¿El qué es imposible?

—Tú.