Revelaciones

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No podía creer lo que Karen me decía. Tenía que ser una broma de muy mal gusto. Los vampiros sólo existen en los cuentos, ¿no?

-Habla.- dijo Karen.
-Por favor dime que estás bromeando.-
-No lo estoy Elizabeth.-
-Pero... eres normal. La gente dice que los vampiros son criaturas horrendas con poco cabello, que pueden convertirse en murciélagos, que...- Karen bufó.
-Que nos quemamos con los rayos del sol, que el ajo nos debilita, que dormimos en ataúdes, que seducimos a las personas con sólo una mirada... blah, blah, blah... son sólo cuentos que la gente inventa Elizabeth.- dijo rodando los ojos.
-Entonces si clavo una estaca en tu corazón... no mueres?- Karen se río a carcajadas.
-Ya estoy muerta...- su rostro cambió por completo.
-¿Puedo saber desde cuando?- no podía moverme.
-Ya hace siglos de eso...- se veía triste. Apenas iba a preguntarle algo. Respondió a mi pregunta sin siquiera formularla... -Fue en el mes de Agosto, el 29 para ser exacta. El año ya no tiene importancia. Estaba de vacaciones, fui a visitar a mi abuela a Portland. Me estaba todas las vacaciones con ella, la amaba tanto...- su rostro se contrajo. Se quedó en silencio.
-Y... ¿Qué pasó después?- mi voz era apenas audible.
-Desgraciadamente ese día se me ocurrió salir de la casa. Nunca salía a la calle, siempre me quedaba encerrada en casa tejiendo con mi abuela...- se cubrió el rostro unos segundos. -No debí salir... pero yo no lo sabía.- se destapó el rostro y me miró. Sus ojos tristes me llegaron al corazón. Pude sentir su tristeza. Se quedó en silencio, recordando algo...
-¿Y luego, qué pasó?- tenía miedo de preguntar.
-Sólo caminé dos cuadras para entregar un refractario en el que nos habían llevado pastel de carne... me topé con un hombre de aspecto hermoso. Me engatuso. Sin darme cuenta ya estabamos muy lejos de casa de mi abuela... lo supe porque me llevó a una escuela y la única cercana era la "Kennedy Elementary School", la cuál está a 7 cuadras. Estabamos en algúna parte exterior. No podía moverme por el miedo que tenía... intenté golpearlo con el refractario de vidrio, no lo conseguí. Él rió a carcajadas. Me tomó por los hombros. Me dijo que era muy hermosa y que me iba a quedar con él para siempre. Quise correr, pero emanaba un aroma muy seductor y no pude resistir acercar mi cara hacía él...- hizo una pausa. -sonrió de oreja a oreja y me besó en los labios... mi destino estaba sellado.- En ese instante Karen ya estaba en el balcón. Fue cuestión de segundos. Corrí a su encuentro y me quedé cerca de la ventana. Continuó. -Se separó de mi un segundo y besó mi cuello. Sopló en él... un escalofrío recorrió por mi cuerpo... sentí como sus labios se separaban en mi cuello, seguido de sentir como algo penetraba mi piel... me estaba mordiendo...- apareció sentada en la cama. Me giré para verla de frente. -Se me fue la fuerza en las piernas cuando se separó de mí; caí al suelo. Un dolor agonizante se apoderó de mi cuerpo, sentía que me quemaba en vida... grité y grité... nadie podía ayudarme...- su rostro se contrajo y se cubrió el rostro. -Cuando reaccioné ya estaba anocheciendo. Me vi las manos y estaban pálidas... no sentía el palpitar de mi corazón... no respiraba. Mis sentidos eran mas agudos, todo se veía y olía diferente. No supe que me pasaba... Escuché la risa de ese hombre. Lo busqué con la mirada y lo vi en la rama de un árbol. Bajó y comenzó a caminar hacía mí... aplaudiendo... me dio la bienvenida por alguna razón, dijo que me había vuelto más hermosa de lo que ya era, y que ibamos a estar juntos hasta la eternidad...- no dejaba de verse en el espejo del tocador. -Sentí un aroma demasiado tentador y no me pude resistir. Corrí a una velocidad impresionante y quedé en las espaldas de una joven... sin pensarlo dos veces la jale hacia mí, mordiendo su cuello en el proceso. Ella gritó exactamente igual a mí. No podía detenerme...- Karen se cubrió el rostro con las manos. -La sangre dejó de llegar a mi boca y solté a la joven... su cuerpo estaba sin vida. Yo me sentía mas fuerte que antes. El hombre se acercó a la joven, quién yacía boca abajo, y le dio la vuelta... -Karen partió uno de los cojines de la cama en dos pedazos. Todas las plumas cayeron a sus pies. -Había acabado con la vida de mi mejor amiga... una tristeza enorme se apoderó de mí. La tomé en mis brazos y la apreté contra mi pecho, no salía ninguna lágrima de mis ojos. No pensé que estuviera apretando tan fuerte, pero escuché como se quebraban sus huesos... él hombre hizo un comentario, dijo que no pensó que fuera a romperla en mil pedazos además de haber acabado con su vida. Solté a Sue, mi mejor amiga, y me encare con él hombre. Dijo que aún era débil como para luchar contra él y que no lo hiciera perder el tiempo. Que era hora de irnos porque tenía mucho que aprender... lo tomé del cuello y lo lancé lejos. Le adverti que no se me acercara nunca más y corrí a casa de mi abuela... no debí de haber ido ahí... -Karen agachó la cabeza y se cubrió el rostro con las manos, después se tomo la cabeza con ambas.
-K-karen... m-mat-taste a... t-tu...- casi no podía hablar. Karen cayó al suelo de rodillas; apoyó las palmas en él. Tenía la cabeza baja y dijo...
-No me pude resisitir, el aroma de su sangre era delicioso, seguía sedienta. Mi abuela, mi pobre abuela... asesinada por mí...- Karen puso un puño apretado cerca de su corazón. El alma se me fue hasta los pies. -Nada pudo hacerse. No había vuelta atrás. Huí del lugar y jamás volví a contactar a mi familia. Temía que al hacerlo acabaran igual que ellas...- dijo con voz triste. Se levantó y caminó a la puerta de mi cuarto. -Seguí matando gente hasta llegar a Florida. Aquí conocí a la persona que me educó y enseñó que se puede ser otra cosa además de un monstruo...- dijo. Me llevé la mano a la boca, en seña de sorpresa...
-¿T-tía M-merry...?- pregunté con miedo.
-No. Un hombre...- sonrió. -Me enseñó otra forma de vida, una donde la sangre humana no estaba incluida. Permanecimos juntos por 2 siglos. Aprendí todo lo que pude de él. Luego conocí a Merry... era la viva imagen de mi abuela... apliqué para ser su ama de llaves, cuando apenas compraron ésta casa. Sam era muy amable, una de esas pocas personas en el mundo que sólo reparten amor. Eramos muy felices los 3 juntos. Conocí a Bellith meses después, sentí un amor tan extraño por el bebé en su vientre. Cómo si su pequeña alma hubiera reconocido a la mía...- me miró a los ojos...
-¿y-yo...?- apenas pude pronunciar eso. Era demasiada información que procesar...
-Así es Elizabeth... tú.- me quedé de a seis. No puede ser... -Tú madre regresó a su hogar. Volvió cuando ya habías nacido.- me miró. -Sentí que debía protejerte por el resto de mi vida... pero tu sangre... era demasiado tentadora...- se alejó. Estaba en el balcón. -Decidí no acercarme tanto, pero cada vez que venías era imposible no querer estar cerca de ti.- me miró fijamente. -Comenzaste a crecer y noté que sentías desagrado de estar aquí. No entendía porqué, pero un día lo supe...- dejó de mirarme. Suspire profundamente...
-K-karen...- dije con un hilo de voz. volteó a verme. -N-no m-me...- todo se volvió negro...

The Start Of My Vampire Life ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora