Cinco

10.5K 917 634
                                        

Un mes había pasado desde que Louis había llegado a la vida de Harry, el pequeño ya no parecía un gatito asustadizo, tenía mucha más confianza, reía con más frecuencia ante las ocurrencias del rizado y se sentía mucho más seguro. Aunque todavía temía estar solo, dormir solo, la oscuridad o a las personas desconocidas que se le acercaban.

Cada día el menor acompañaba a Harry a la oficina, cuando el rizado tenía reuniones o eventos importantes eran Liam y Zayn quienes cuidaban de él mientras el par de hermanos pasaban tiempo juntos también. De igual manera Niall se quedaba en la casa de Harry cuando Zayn y Liam tenían eventos o simplemente querían tener un momento a solas para ellos.

Todos se habían adaptado muy bien a sus nuevos estilos de vida, Zayn no era muy cariñoso con Niall pero ya lo respetaba y toleraba su presencia, jamás lo admitiría en voz alta pero incluso se preocupaba por él y estaba encariñándose poco a poco.

Quien odiaba su estilo de vida ahora era Adair, quien ya no tenía mucho tiempo a solas con Harry, antes podía salir con su novio un sábado en la noche o un domingo, podían almorzar juntos e incluso escaparse algunos minutos para ir a algún motel cercano. Pero ya no había nada de eso, todo el tiempo del rizado estaba siendo absorbido por aquel experimento mal hecho, como solía llamar al híbrido, cada vez que el ojiverde tenía tiempo libre era para estar con el intruso, yendo a comprarle ropa nueva, a mostrarle nuevos lugares en la ciudad o solo para quedarse en casa; él nunca estaba invitado a esos planes.

Había logrado auto invitarse a algunos, pero era cruelmente ignorado por Harry, quien solo le prestaba atención a Louis, dejándolo a un lado como si él ni siquiera estuviera allí.

Además de todo Harry nunca había sido cariñoso con él, era una misión titánica conseguir un beso real, algo diferente a los besos superficiales que solo consistían en chocar sus labios por un segundo y ya, tampoco solían tener conversaciones muy interesantes, el rizado no era detallista con él, no era alguien romántico, no era dulce y tampoco sonreía tanto cuando estaban juntos.

Pero Louis tenía todo ello, a excepción de los besos, al menos por ahora.

Harry abrazaba a Louis en cada oportunidad, hablaba con él a pesar de que cada oración del castaño no pasaba de dos o tres palabras, pero aun así al parecer lograba envolverlo mientras el ojiverde contestaba sus preguntas o se interesaba en lo que él tenía para decirle, ni hablar de los regalos, todos los días le daba algo nuevo, una nueva camiseta, un nuevo pantalón, unas zapatillas o alguna estupidez como dulces, golosinas o una caja de colores o de pinturas.

Lo llamaba "Lou", "pequeño", "gatito" e incluso una vez lo había llamado "bebé", ¡Bebé!, por el amor a Dios, él era su novio, no ese estúpido gato con problemas de habla.

El apodo más cariñoso por el que Harry se había referido a él era "cariño", y fue una sola vez, y Harry había bebido casi una botella completa de vino tinto.

Eso estaba siendo agotador.

- Mi amor, ¿Por qué no llamas a tus amigos para que cuiden del gato hoy?

- Se llama Louis, te lo he repetido diez millones de veces.

- Lo sé, lo sé, Lewis, perdón.

- Louis, Adair- Harry levanta su mirada por un segundo hacia su novio- Louis.

- Louis.

- ¿Por qué haría eso? No tengo nada agendado para hoy.

Adair rueda los ojos mientras observa a Harry, quien continúa anotando algo en su libreta de trabajo sin prestarle nada de atención a él.

- Para que pasemos tiempo juntos, hace mil años que no tenemos tiempo de calidad como pareja.

- ¿No fuimos al cine el domingo?

Gatito // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora