Seis

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Harry, Adair, Niall y Louis se encontraban en la cocina de la casa del rizado, todos, a excepción de Adair, estaban con sus rostros llenos de harina al igual que sus ropas, todos con delantales y que tampoco parecían ser mucha protección. Adair solo había estado observándolos sentado en una de las sillas del mesón, sin tocar nada para no ensuciarse, y con una expresión de completa molestia por el momento que estaba viviendo, sintiéndose como el espectador en una sala de cine.



- Eso es, lo haces perfecto, gatito- Harry felicita a Louis quien se encuentra batiendo una mezcla de harina, huevos, mantequilla y azúcar en un bol, el castaño ni siquiera sonríe por sus palabras, solo continúa realizando su tarea con plena concentración.



Así ha estado toda la tarde, distante, callado, más callado de lo normal, e incluso lucía un poco enojado con Harry, pero el rizado no entendía las razones de su actitud.



- ¿Les falta mucho para terminar eso?- Pregunta Adair dejando de teclear algo en su celular.


- Apenas comenzamos con la mezcla, falta armar las galletas y ponerlas en el horno.


- ¿Y eso cuánto tiempo les llevará?


- No seas impaciente.


- ¿Te molesta si te espero en la habitación?


- No, espérame allí, iré cuando los chicos y yo terminemos las galletas.



Adair se pone de pie y sale de la cocina para dirigirse a la habitación de Harry, acostándose boca abajo en la cama con el celular en sus manos. Algo sobre la mesa de noche llama su atención, es la libreta en donde había visto a Louis dibujando la mayor parte del tiempo, así que la toma y la abre para comenzar a ver sus dibujos.


Algunos eran a color, otros solo a lápiz.


Todos tenían algo en común.


Harry sonriendo.


Harry durmiendo.


Harry conduciendo.


Harry cocinando.


Harry sentado en su escritorio trabajando.


Harry bebiendo su taza de café.


Harry.


Harry.


Harry.



- Gato psicópata.



Sin ningún tipo de duda o compasión comienza a tirar de las hojas arrancándolas de la libreta y a cada una de ellas las hace pedazos con sus dedos, rasgándolas una y otra vez hasta que no son más que pedazos de papel pequeños.


Bota los pedazos de papel en la caneca de basura del baño y la libreta con pocas hojas limpias la deja en donde la había encontrado minutos antes.



- Gato estúpido, tienes mucha confianza en ti mismo si crees que puedes robarme a mi novio.



Mientras espera a Harry, ve vídeos aleatorios en las redes sociales y responde los mensajes que sus mejores amigos le envían. Pasan casi cuarenta minutos cuando Harry ingresa a la habitación.



- Me daré una ducha, lamento haberte hecho esperar tanto, pudiste habernos ayudado.


- No me gusta cocinar.

Gatito // Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora