Abraham y Linda se encontraron frente a un riachuelo que se encontraba en los límites de la ciudad, un puente conectaba ambos lados de la ciudad. Al verlo llegar, Linda corrió hacia él y lo abrazó con fuerza, él notó algo extraño en ella, estaba temblando, su respiración era pesada, parecía que había presenciado alguna escena horrible, como un asesinato o quizás... Un fantasma. —¿Por qué estás así? —Preguntó Abraham después de un breve, pero incomodo silencio. Ella no respondió, solo se limitó a no soltarlo de aquel abrazo y tras unos minutos de otro silencio, Linda se puso a sollozar y después a llorar, algo que ella no solía hacer. Esto sorprendió a Abraham, quien no supo que más hacer, entre tantas posibilidades que le llegaron a la mente, logró pronunciar. — Tu nunca lloras, ¿Qué ha pasado? —Linda seguía sin contestar, el intentó separarse de ella para verla a los ojos, pero le fue imposible, ya que ella estaba bastante aferrada a él y no dejaba de llorar en su pecho. —Si alguien te hizo algo... Te juro que se arrepentirá. —Dijo firmemente, intentando sonar como un amigo, pues él estaba enamorado de ella.
Linda se tranquilizó al escuchar aquellas palabras, se secó las lágrimas y finalmente habló. —No creo que puedas entrar a mis sueños. —Soltó una ligera carcajada.
—No entiendo, ¿soñaste algo?
—Algo así, yo lo estoy tomando más como un premio...
Abraham le interrumpió. —Tus ojos, están negros...
—¿¡Qué!? —Gritó Linda, tambaleándose hacia atrás. Tropezó con el borde del puente y Abraham alcanzó a sujetarla del cuello de su blusa. En ese momento, el recordó a Anna, no pudo evitar preguntar. —¿Conoces la historia de "la chica de los ojos negros"?
Ella lo vio con una mirada seria, le sorprendía que él le preguntara eso en aquella situación. —¿Cómo no conocerla? Es bastante famosa. —Linda comprendió entonces el porqué de la pregunta. — Espera, no estarás insinuando que...
Abraham le interrumpió. —No, no, solo preguntaba. —Aun respondiendo eso, ambos sabían que los ojos de Linda tenían algo que ver con Anna.
—Sigo sin creerte. —Dijo Linda rompiendo un pequeño silencio que se interpuso entre ellos. —Necesito un espejo. —Pero ella no traía una bolsa, había salido sin siquiera su celular.
—Sígueme, tengo una idea. —Dijo Abraham, quien la condujo hacia abajo del puente, caminaron a una orilla del riachuelo donde había un farol que alumbraba bastante bien, ese farol y la luz de la luna permitieron a Linda ver su reflejo en el agua. En efecto, sus ojos estaban completamente negros, eso apuntaba a que la leyenda de Anna era cierta, pero, ¿Qué tenía que ver Linda en eso? Pensar esto le asustó, pero no lo demostró y en cambio le preguntó a Abraham la hora, eran las tres de la mañana. —Creo que debo regresar a casa...
—Sí, yo también. —Él no podía dejar de ver los ojos de Linda, pues, a pesar de estar completamente negros a él le seguían pareciendo hermosos.
—Gracias, Abraham. —Dijo ella acercándose lentamente a él y de repente, lo volvió a abrazar, esta vez el abrazo duró poco, él la besó en la cabeza, provocando que un escalofrío recorriera todo su cuerpo. Linda besó a Abraham en la mejilla y se fue con una sonrisa y sin poder ocultar lo ruborizada que se encontraba en ese momento.
Al llegar a casa, Linda Brook se encontraba cansada, eran ya las cuatro y media de la mañana, pero a pesar de su cansancio se decidió a investigar, entró a un cuarto de su casa en el que guardaba libros y archivos suyos desde que era pequeña y que no solo ella usó, su padre, madre y abuelos llegaron a guardar cosas ahí. Entrar ahí era como viajar al pasado, un pasado plasmado en tinta, grafito y papel.
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The Savior
Mystery / ThrillerAbraham Penlight nació treinta años después de que Anna, una chica conocida por tener los ojos completamente negros, muriera. Ahora, Abraham tendrá que lidiar con el fantasma de Anna, que está ahí para ayudarle a evitar una horrible catastrofe y sal...