8

1.4K 107 6
                                    

—Bueno, ahora que estamos solos en esto. ¿Qué hacemos? —Abraham parecía asustado.

Linda lo vio a los ojos, tenía dos ideas en mente: la primera era escapar con él, dejar todo atrás y desaparecer. La segunda era destruir la mansión. Esa fue la que le contó a Abraham.

—Es obvio que sigue ahí, escondido, al hacerla caer, el morirá en el derrumbe.

—Claro solo necesitamos algo con que hacerlo. —la voz de Abraham sonaba a que fuera sarcasmo.

Linda le tomó la mano, parecía que estaba tocando un trozo de hielo en lugar de a Abraham. Lo condujo hacia la parte trasera de la mansión, para esto, rodearon la mansión por el costado derecho, sin percatarse de la persona que se levantaba temblorosamente de entre la pila de cadáveres.

Entraron al gran jardín que yacía detrás de la mansión (eso sí sus manos seguían unidas), era enorme, pero algo les llamó la atención, un largo poste de metal.

—No, no es un poste, eso es una chimenea. —dijo Linda mientras se acercaban.

—¿Para que tendía Valentine una chimenea en medio de un gran jardín?

Entonces, simultáneamente, llegaron a la misma conclusión.

—Un laboratorio.

—Si hay químicos ahí-o mejor aún, explosivos-causaríamos una explosión lo bastante grande para destruir esa parte de la mansión. —dijo Abraham señalando el área que era probable de ser destruida.

—Sí, solo necesitamos un explosivo.

Abraham sacó su arma, tenía una carga completa, pues no le había sido necesaria.

—Al parecer, nuestros ojos sirvieron de algo allá atrás, la pistola tiene balas. Podría disparar dentro de la chimenea, tal vez logre darle a algo.

—No, no quiero que mueras. —dijo Linda pensando. —Eso provocaría una explosión inmediata.

—Entonces, ¿Qué hacemos?

Linda recordó que una vez logró crear fuego con madera, cuando perteneció a los Boy Scouts, algo que hasta ese momento había aborrecido pertenecer.

—Madera. Eso necesitamos.

Abraham vio a su alrededor, a lo lejos, casi al límite del jardín, había una cabaña abandonada de madera, se lo dijo a Linda y corrieron hacia allá.

La cabaña olía como si hubiera alguien enterrado ahí, el hedor a muerte les aturdió al entrar, y la madera estaba mojada. —¿Qué clase de almacén es este? —gritó Abraham al entrar. Buscaron a pesar del olor nauseabundo y valió la pena, no encontraron madera, sino un coctel molotov en una esquina de la cabaña. No se percataron de que había algo vigilándolos, así que lo agarraron y salieron de aquel horroroso lugar.

Cuando regresaron a la chimenea, el sol se comenzaba a ocultar y Valentine parecía haber desaparecido. —Hagamos esto desde allá. —Linda señaló un nivel alto en el terreno. —Solo quiero irme a casa.

Y así lo hicieron. Desde aquel lugar lanzaron el coctel molotov, provocando un estruendo inusual para ese tipo de armas.

Unos minutos después, Valentine salió de su mansión, estaba cargando a alguien.

—Es Nat. —dijo Linda al reconocerla. —Abraham, tenemos que salvarla.

Abraham sacó su arma, detestaba la idea de disparar. Le traía recuerdos dolorosos. —Vamos. —se limitó a decir.

Las llamas se esparcían, el calor del lugar era abrumante, sin embargo, aquellos dos hermanos de sangre se enfrentaban de nuevo.

—Suelta a Nat, hermano.

The Savior Donde viven las historias. Descúbrelo ahora