"No vas a ningun lado"

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-Ian, dios mio, llevame a casa, -dije preocupada.
-Ian, volvi a llamarlo al darme cuenta que no respondia y seguia en la cocina, preparando algun desayuno, mientras tomaba café.

 -Ian, volvi a llamarlo al darme cuenta que no respondia y seguia en la cocina, preparando algun desayuno, mientras tomaba café

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-Iannn, -le grité mas fuerte esta vez.

Lo vi voltearse, yo seguia semidesnuda, solo me habia puesto el brasiel y lo demas lo traia en la mano, junto a la sabana que me cubria.

-No vas a ningun lado, Katya -dijo tranquilamente.

-Que dices?, estas loco? porfavor, no hablaras en serio.

-Hablo muy en serio -dijo soltando su taza de café y caminando en mi dirección. Me quitó la sábana, dejando al descubierto mi desnudez, me miró detenidamente, y me abrazó. Sus labios buscaron mi boca y empezó a besarme como si nunca lo hubiera hecho. Senti que se ponía erecto.

-Ian, pordios, -dije empujándolo.

-Estoy hambriento de ti Katya. -dijo besándome el cuello.

-Ian pordios, sabes mi situación, no quiero problemas, llévame a mi casa.

Se apartó bruscamente.

-Que soy para ti, dime?, un pasatiempo?, que pasa contigo? -dijo molesto.

-Tu sabes que tengo marido, lo sabes bien, -dije volviéndome a cubrir con la sábana.

-No Katya, no lo sabia, tu nunca me lo dijistes, me lo ocultabas, y ahora juegas conmigo?

-Pasé la noche aqui, contigo, mi marido me busca, tiene conexiones, me ha texteado muchas veces, estoy asustada, -dije llorando.

Mis llantos aparentemente lograron calmarlo. Caminó
frente a mi, me tomó mi cabeza y me sostuvo en su pecho, besándome la nuca.

-Cálmate, cálmate, princesa, no le haces bien al bebe poniéndote asi. Vamos a desayunar, y te prometo que voy a pensar como hacemos para solucionar esto, -dijo, besándome otra vez la nuca.

Con sus palabras logré tranquilizarme.

Ian habia preparado huevos revueltos con bacon y queso blanco. Tostadas francesas, jugo de china y café. Logré comer, ya gracias a Dios mis náuseas habian cesado. Lo miré, el hizo igual, parecia que me leia la mente.

-Katya, tienes algun familiar de lejos?

Me sorprendio su pregunta.

-No, aqui en este pais no, amigas si, porque?

-Bueno, llama a tu esposo, y dile que pasastes la noche con una de ellas, que se te averió el auto y yá.

-Asi tan fácil?, tan simple? Ian no creo que Jean se quede tan tranquilo.

-Jean? -dijo curioso, frunciendo las cejas.

-Asi se llama mi marido, Jean Daniel Lazaro.

Ian se puso serio, la sonrisa se le desdibujo en sus labios, le cambió el semblante, pude jurar que lo ví hasta palidecer. Se levantó de golpe de la mesa, tosiendo y lo vi correr al baño tirando de la puerta. Yo me quedé en incógnita, confusa.

AMOR DE DOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora