-Dejame verte, por favor.
-Espera Katya, -dijo presionando sus labios contra un paño que de blanco se tornó a rosa, luego a rojo por tanta sangre.
Estaba de mal humor, nunca lo había visto así.
-Ian, Ian, -dije al ver que no dejaba de dar vueltas.
Me miró serio, levantándose de golpe de la silla donde se abia sentado.
Tragué saliva.
-Que pasa? -Vas a recriminarme ahora?, que querías?, -dime
-Que el abogaducho ese viniera aquí a repartir golpes y yo no respondiera? Me ha hecho la vida de cuadros. también querias que me quedara de brazos cruzados?, dijo malumorado.
-Eso querías? -gritó-No, no he dicho eso, solo, solo mirate, estás, bueno tienes golpes en tu cara Ian. -dije haciéndole señas a su rostro.
Se rió molesto dirigiéndose al baño. Se miró al espejo. Estaba todo golpeado.
-Maldito, infeliz, me marcó la cara, -dijo tocándose la nariz, toda llena de sangre.
-Escúchame lo que voy a decirte, -dijo muy serio tocando mi vientre.
-Ya falta poco para que el bebe nazca, cuando eso pase, yo estoy seguro que el hará lo imposible para reconocer ese bebe, yo, yo no puedo permitir eso, hasta estar seguro, me entiendes?, sabes a lo que me refiero, verdad?, -dijo dejándome sin palabras.
-Ian, el y yo estamos casados, automáticamente el apelli,,,,,
-No, Katya, no, no puede pasar tal cosa, ese bebe puede ser mio, lo sabemos -dijo sin dejarme terminar de hablar.
-Lo haré, estaré segura primero, te lo prometo.
-Otra cosa, mirame, -dijo levantando mi barbilla.
-No se que pasara en el juicio, si me llegan a encerrar, tu no puedes volver con ese hombre, el te buscará, lo se.-Ian, no digas eso, no quiero que eso pase.
-Prométeme, que si llegara a pasar te irás a mi casa, al apartamento, te daré las llaves, buscaré la manera de buscar a Mota, y te vas a mi casa, jurámelo Katya, jurámelo.
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AMOR DE DOS
RastgeleKatya Lizardi era una chica rubia, ojos azules, picara, muy bonita, enamorada de su marido, el abogado Jean Daniel Lazaro, vivian una vida perfecta en las afueras de la ciudad de Boston, cuando a Katya se le atreveso en el camino el guapo chico, Ian...