By Bucky:
Algodón de azúcar, manzanas confitadas, palomitas de maíz, montañas rusas y todo lo que una feria tenía estaba ahí, a lado que se mirara había por lo menos unas 20 familias con en total uno 30 niños el lugar estaba realmente repleto a más no poder y Steve me tomaba de la mano como si nada llevándome a ver todas las atracciones, gracias a una playera que él me había prestado más un polerón podía cubrir mi brazo metálico aunque con la mano no había mucha suerte y varios ya me la habían quedado mirando, también a cada paso que dábamos Steve se tenía que sacar unas 400 fotos diciendo frases típicas del Capitán América mientras yo un tanto apartado sólo reía ante lo cómica que era la situación, los niños quedaban fascinados y más de una madre le tiraba indirectas echándole un ojo y Steve, bueno Steve sólo sonreía nervioso tratando de ser amable.
-¿No te molesta tanta atención?, digo de los niños es obvio que no pero se nota que las señoras ya quieren algo más.- Le dije provocando la risa de ambos una vez ya termino el momento de fama en el lugar (osea unos 20 min por lo menos).
-Jajaja, sí pero te acostumbras.- Me contestó sin mirarme.
-Sí, supongo que parte del sueño americano es acostarse con el Capitán.- Me quedó mirando con una sonrisa cómplice y al instante en el que me guiñó un ojo dijo:
-Sí, pero muy pocos lo han logrado, por no decir sólo uno.- Sentí mis mejillas arder debido al intrépido coqueteo por parte de Steve, se notaba que detrás de esa cara de ángel se ocultaba un ser más perverso y quizás más depravado pero a la vez excitante e interesante, también se notaba que Steve y yo habíamos vivido muchas más cosas juntos de lo que los museos o cómics pueden contar, historias más apasionantes en nuestro propio campo de guerra. Miré a nuestro al rededor para ver quienes se habían dado cuenta de este gesto por parte de Steve pero al parecer ya nadie nos prestaba atención, pasamos por unos juegos cuyas filas estaban más que llenas y es que todos morían porque les sucediera algo interesante en sus vidas, algo que los moviese de sus casillas sin embargo gente como Steve, Natasha, quizás Clint e incluso yo estoy seguro que rogaríamos porque nuestras vidas fuesen así de aburridas, quizás así disfrutaríamos un poco más de estas montañas rusas.- ¿En qué piensas?.- Me preguntó Steve sentándose en una banca.
-Oh, nada es sólo que... bueno, las personas acá ni se inmutan.- Le dije mirando otra vez a nuestro al rededor para después parar en sus ojos.- Me refiero a que... todo podría acabar ahora, ya, en este mismo instante pero ellos no se dan cuenta.
-Bueno, vivir con ese miedo no es muy bueno que digamos, aparte para eso están personas como tú, como yo, como los Vengadores o los Defensores.
-Ambos sabemos que hay amenazas que sobre pasan nuestro nivel, ¿y yo?, yo lo único que hago es daño.- Le dije bajando la mirada y suspirando, demonios... mataría por un cigarro... otra vez.
-A mi no...- Me dijo mirando hacia el horizonte, lo miré intrigado pues era obvio que más de alguna vez lo había golpeado sin piedad.- Digo, tus derechazos son bastante fuertes y no sé en qué momento te volviste ambidiestro si siempre fuiste un asco con la izquierda pero... no logras dañarme.
-Quizás no he intentado lo suficiente.-Me sonrió al decir esto, obviamente una amenaza no era pero hasta en mi propio estado de inconsciencia seguía dándome cuenta de qué sucedía a mi alrededor lo cual me dejaba con Steve bajar un poco más la guardia.
Luego de haber caminado un poco, haber comido y obviamente haber jugado un poco decidimos irnos a casa, la conversación esta vez se dio de una manera más espontánea e incluso me sentí otra vez de una manera en la que hace años no me había sentido pero que a la vez se me hacía increíblemente familiar. Finalmente llegamos a la casa, abrimos la puerta y nos quedamos sentados en el sillón viendo una película, yo quería descansar pero Steve insistía en que la viéramos así que no me pude negar, era alemana y contaba la historia de un policía, con su esposa embarazada y de como una visita de su pasado lo hacía dudar de toda la estabilidad que hasta ese momento había logrado, también llegaban con esta visita nuevos recuerdos y nuevos placeres, en cierta forma sentí el mensaje de Steve, quizás yo llegue a cambiarle su manera de vivir pero con el riesgo de perderlo todo como el del protagonista, una vez terminada la película y superado el final (inesperado incluso para mi) nos fuimos a acostar uno al lado del otro, esta vez sin silencios incómodos sólo nos observábamos descifrando el pensamiento del otro, yo nunca creo poder lograr saber que pasa por la cabeza de ese hombre cuando me mira así y ojalá el nunca sepa qué estoy pensando cuando lo tengo en la misma cama, el deseo por probar otra vez sus labios y su cuerpo se manifestaban en mi cada vez que lo tenía así de cerca, sin duda esta "terapia" que tenía con Steve en su casa funcionaba mucho más rápido que la de Nat en S.H.I.E.L.D. ya no tenía presiones ni la típica pregunta "¿Recuerdas esto?, ¿Recuerdas lo otros?" Steve era más paciente, dejaba que mis recuerdos fluyeran y si tenía alguna duda le preguntaba y él me decía si era verdad o no, confiaba en su palabra más que en la de nadie, pero quizás esta paz no dure para siempre.
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Feels like Vegas, don't it?
FanfictionBuck regresa a los cuarteles generales de S.H.I.E.L.D. como un paciente al cual deben ayudar y ¿quién es el primero en la fila?. Exacto, su fiel amigo Steve, con quien ha vivido miles de historias a lo largo de los años, todo parece bien sólo hay un...