N/A: Desde ahora ningún diálogo será sacado de la serie, y la historia de a partir de ahora no será extraída de aquella, aunque lo más probable es que saque algunas ideas para no cambiar mucho el orden ni la actitud de los personajes. Nuevos personajes, historias, reencuentros, y sorpresas aparecerán.
__ se levantó con ayuda de Carl al escuchar voces cerca del vagón, tomó su arma improvisada que habían estado haciendo los del grupo con la madera que había en el mugriento vagón.
––Son cuatro de ellos––dijo Daryl mirando por el orificio por donde se colaba la luz.
––Tomen las armas, ojos y luego garganta––nos indicó Rick.
__ miró a Carl, era su novio, las emociones seguían intactas al recordar todas las palabras dichas por Carl. Se sentía la chica más afortunada del mundo al tener al maravilloso adolescente que la acompañaría amándola por siempre.
Tomó su arma de madera, que era como una estaca afilada, y se puso en posición de ataque por cualquier cosa. Se comenzó a extrañar al darse cuenta del tiempo que los hacían esperar para abrir la puerta del vagón, y fue ahí cuando pensó: "No son lo suficientemente ingenuos".
Miró hacia los lados tratando de averiguar por dónde saldrían a raptarlos cuando escuchó el sonido de un metal rebotando contra el suelo del vagón, una bomba de humo. En su antigua escuela, le habían hablado sobre las cosas que había creado el hombre, y supo que era una de esas bombas que te dejaban en las nubes, y que podían hasta llegar a matarte por la intoxicación de todos los componentes.
––¡Muévanse!––gritó __ jaloneando a Carl.
El humo se escurrió por sus fosas nasales, y se sentía ahogada por las múltiples sustancias que contenía aquel producto. Se fue a una esquina del vagón tambaleándose a causa de lo tonta que estaba con el humo que explotó.
Trató de buscar a Carl con la débil mirada que tenía. Sus ojos comenzaban a pesar, pero Carl era lo más importante que tenía, junto a su hermano. Se achinaron sus ojos a causa de la pesadez.
Era como si estuviera en un pozo de agua ahogándose, era tanta la desesperación que tenía para salir del trance, que se dejó caer al piso y trato de concentrarse en respirar con normalidad y abrir sus ojos completamente.
El humo comenzó a expandirse por todos los lados del vagón, y vio a la figura de Daryl Dixon peleando a duras penas por el hecho de que la sustancia lo tenía en mínimas condiciones. Lo querían sacar del vagón junto a Rick, Glenn y Bob.
Se quiso levantar para ayudar tomando con fuerza su estaca, que no había soltado en todo el momento. Pero fue muy tarde. Al momento en que la puerta del vagón se escuchó cerrarse cayó rendida al piso, ahogándose con aquel humo que les dio una mala jugada.
Cerró los ojos tratando de recuperar la cordura, pero no salió como planeó, comenzó a perder la conciencia, y pues... cayó viendo negro.
***Abrió los ojos de apoco, vio un techo de metal, y supo que no nada de lo que había pasado había sido una pesadilla. Recordó las imágenes de su hermano, de Rick, de Bob y de Daryl tratando de zafarse de aquellos repugnantes hombres.
––¡Se los han llevado!––gritó con lágrimas en sus ojos.
Vio a Carl frente a ella con una mirada preocupada, a Michonne, y a los del resto del grupo un poco alejados.
––Tranquila, te has ido muy adentro y te has intoxicado––habló con cuidado Carl.
––Se los llevaron––susurró recordando. Soltó una lágrima que al instante fue removida por Carl.
––Escucha, ellos son fuertes, encontrarán la manera de salir––le dijo. Ella negó.
––Son quince veces más que nosotros––dijo.
Carl asintió. ––Lo sé, y confío en mi padre. Deberías hacer lo mismo con Daryl y tu hermano.
Ella asintió y abrazó a su sheriff.
––¿Sabías que eras el mejor, sheriff?––murmuró cerca de su oído.
––Por ti todo, princesa.
Se separó de él y miró el azul de sus ojos que la llenaban de sentimientos. De los ojos que se enamoró. Los únicos ojos que sería capaz de mirar en mucho tiempo más.
***
El gusto amargo que tenía en el pecho era incontrolable. Pensaba en las múltiples cosas que le podían estar haciendo en este preciso momento a los cuatro integrantes del grupo que habían sido tomados por la gente de la Terminal.
Sus manos temblaban, y su pie no dejaba de moverse al son de sus pensamientos. Carl, que estaba en una orilla del vagón afilando su hacha improvisada de madera, la miraba con atención y supo que estaba excesivamente preocupada. Quizás, él estaba de la misma forma, sólo que no era capaz de demostrar sus sentimientos frente a todos los sobrevivientes del apocalipsis.
La meta era sobrevivir, pero todos allí sabían que si faltaba uno, no sería igual.
__, que al fin había logrado dar con la ubicación de su hermano después de tres pesados años, se sentía devastada por como la vida lo ponía en riesgo para separarlo de su lado de un manotazo.
Sintió una mirada penetrante en las partes de su cuerpo, y se voleó lentamente, se encontró con los ojos azules mirándola preocupado. Se sintió extraña por la espontánea preocupación nueva que comenzaba a demostrar Carl en ella. Luego, recordó cómo se debería ver en este instante físicamente.
Su rodilla dejó de temblar, al igual que los dedos de sus manos, y retiró la mano derecha de su boca para acabar de morderse lo que quedaba de su uña. Se peinó el pelo con delicadeza, y se refregó los ojos con cansancio. Recobró la compostura, y miró a Carl con una sonrisa dulce como las que solía dar Lori para calmar a la gente.
Carl la miró y le devolvió la sonrisa con entusiasmo, y con gestos de las manos la llamó para que viniera a sentarse a su lado.
––¿De verdad no estás preocupado?––preguntó __ sentándose a su lado.
––Lo estoy, pero, __, ¿cómo quieres que te demuestre mi preocupación si pareciera que en cualquier momento te sacarás los pelos de la cabeza?
__ rio vagamente.
––Gracias––pronunció recostándose la cabeza en el hombro de Carl.
––¿Qué? No lo hago por ti, es por la salud mental de todos, cualquiera que te viera en esa esquina le daría trauma––dijo Carl.
__ rio y le dio un golpe suave en el estómago.
––No deberías bromear en momentos así––le dijo mirándolo a los ojos.
––Es cierto...
––¿Crees que están bien?––preguntó ella mirando los dedos de sus manos.
––Creo que están bien, pero no digo que no estén a punto de morir––suspiró el sheriff.
__ lo miró, y lo besó.
––Carl, si no salimos de aquí, yo... te quiero decir que te am...
––Saldremos de aquí––dijo él con una sonrisa y con el corazón a mil al darse cuenta de lo que estaba por decir su novia––. Y yo también lo hago.
***
Estaban desesperados por el estruendo, y las múltiples balas que resonaban en el Terminal. __ casi podía los gruñidos de los caminantes atormentándola en su oído y los rasguños que se oían en las paredes del vagón.
__ se puso a pensar, y si Rick, Daryl, Glenn, y Bob no salieron con vida a causa de los de la Terminal, morirían ahí. Escuchando a los caminantes todos los días, a cada hora, a cada minuto hasta que se murieran de hambre, si es que no se mataban unos a otros.
Sintió un agarre en su mano izquierda y vio a Carl mirando hacia la puerta del vagón con los labios entreabiertos y con los ojos inundados de temor. Normalmente, nunca lo demuestra, pero ahora no podía engañar a nadie. Sabía perfectamente que su padre era fuerte, pero todos tienen la muerte, con apocalipsis, o sin apocalipsis. Las esperanzas de ver a su padre abrirles la puerta del vagón se estaban esfumando más rápido que la arena escapándose de las manos.
––Debemos salir de aquí, esperamos un poco más, y si no vienen... debemos forzar la puerta––nos dijo Abraham.
––Ellos vendrán, y no nos moveremos hasta que nos vengan a abrir la puerta del puto vagón––dijo Michonne entre dientes.
––¿Quieres salvar tu negro culo?––dijo él.
––¡Ya basta! Manténgase concentrados, y no se porten como niños en una situación tan crítica––exclamó __.
––Nos quedaremos aquí, Abraham. Si es que la situación se pone terminal, nos iremos, ¿todos de acuerdo?––preguntó Rosita.
Todos asintieron con indecisión.
De pronto, sus ojos se iluminaron al ver a Rick Grimes abrir las puertas del vagón con su barba sudada, y con desesperación notable en sus azules ojos. Maggie fue la primera en reaccionar, salió del vagón matando con su arma improvisada a los caminantes que habían llegado gracias a las continuas balas.
––¡Salgan!––gritó Rick––. ¡Carl!––llamó a lo único importante que le quedaba en su vida.
Padre e hijo se juntaron. __ buscó a Glenn con la mirada y no lo veía, se comenzó a preocupar hasta el punto de no presenciar a los dos caminantes que comenzaban a subir por la orilla del vagón. Se dio cuenta de que todos los integrantes del grupo habían salido para salvar sus vidas, menos ella, que se había quedado sola pensando en la vida de su hermano que dependía de un hilo.
Sacudió la cabeza dos veces y enterró la estaca en las dos cabezas de cuerpos podridos que querían alcanzar sus botas militares. Salió de un gran salto del recinto metálico, preparada para alcanzar a los de su grupo que luchaban contra los caminantes que salían por doquier.
Un grito ensordecedor y agudo se escuchó hacia su derecha. Rick Grimes probablemente no iría, pues debía pensar con la mente fría para no cometer ningún error. Pero ella, aunque no lo demostrara, tenía la empatía en sus venas.
Corrió hasta dónde se escuchaban los gritos sin perder de vista a su novio, que reventaba la cabeza de un caminante con el mango de la pistola que le tendió su padre.
Se encontró una pistola con capacidad de seis balas, pero que conservaba dos, la tomó y apuntó hacia el frente, tratando de agudizar su oído para llegar al paradero de los gritos.
Una chica morena, con rulos, de nariz respingada, delgada, y pechos generosamente rellenos gritaba a toda cuerda tratando de esquivar a un caminante que quería probar un bocado de su sudado cuello.
Tomó la estaca y se la lanzó por el suelo, la chica, la tomó ágilmente y se la enterró en el cráneo de la criatura podrida que quería morderla.
––¡Corre, maldita sea!––gritó __ al ver cómo la chica se quedó estática viendo como devoraban a uno de la Terminal.
La de rizos corrió a un lado de __ con lágrimas en sus ojos. __ le abrió el paso enterrando el mango de su pistola en algunos cuerpos descompuestos.
––¿Eras uno de ellos?––preguntó __ alzando la pistola.
––N...no––respondió en sollozos.
––¿Por qué lloras?––preguntó sin bajar el arma.
––Estuve a punto de morir, ¿no es suficiente? Ahora, ¿puedes bajarla?––dijo la de rizos refiriéndose al arma. __ la bajó con lentitud y sin quitarle la mirada de encima.
––¿De dónde saliste?
––De... ése vagón––apuntó al vagón donde anteriormente __ había estado encerrada. Supo que mentía, quizás, debía acabar con la vida de la de rizos con una bala sin rechistar, pero se veía inocente, irradiaba inocencia...
Gruñidos se comenzaron a escuchar a sus espaldas, las dos voltearon al mismo tiempo y abrieron los ojos como dos relucientes platos al ver la gigante horda que quería matarlas a mordiscos.
––Bien. Escúchame, ¿ves esos autos varados?––apuntó __ con el mango de la pistola. Rizos asintió.
––Corre hacia allá, si ves a un grupo donde hay un chico de sombrero de sheriff y un señor barbón, les dices que me conoces, te alcanzaré luego––le indicó con la respiración agitada. La de rulos sólo asintió y corrió hacia los autos esquivando walkers.
__, corrió por el lado contrario, tratando de distraer a la horda completa, pues si corría con el grupo era su perdición, la horda arrasaría con todos los del grupo.
Silbaba con sus dos dedos en la boca, llamando la atención de la horda de caminantes que la seguían por los talones. Se desvió por una puerta y vio a la mujer de la carne siendo devorada por miles de caminantes, aceleró el paso para que no se percatasen de su presencia.
El sudor caía por su frente al correr tanto, pero al menos la horda ya la había perdido de vista.
Saltó unas rejas con agilidad y buscó la bolsa de armas de Rick, pues sabía que el grupo vendría a ese punto de encuentro. No la halló, y pensó que quizás la habían sacado, o ella estaba en el lugar equivocado.
Caminó más hacia la izquierda con la ilusión de encontrar la bolsa de armas y no separarse de su grupo. Pensó en la chica de rulos y quiso que se salvara, pues una chica de su edad en el grupo no le vendría nada mal, a todo esto... ni siquiera le preguntó el nombre.
Tropezó con una tela azul, bajó la mirada y comenzó a cavar para sacar la bolsa de armas cuando sintió el ruido de muchas armas deshaciéndose de su seguro. Se volteó con cuidado y sacando su arma del bolsillo. Suspiró con alivio al ver a Carl Grimes, Rick Grimes, Glenn Rhee, Daryl Dixon, Maggie Greene y el resto del grupo apuntarla con una pistola. Cuando repasó la situación... no debería haber suspirado tan aliviada.
La pistola del ojiazul cayó al suelo para poder abrazarla, mientras le susurraba al oído: "me diste un susto, Rhee, me diste un susto..."
Ella lo besó por la ternura que le causó que la abrazara con tantas ganas. Un carraspeo celoso los sacó de su momento, miró al asiático con una ceja alzado pues se le estaba haciendo costumbre arruinar sus momentos de pareja.
Se separó de Carl y buscó con la mirada a la chica que había salvado, la encontró a un lado de Tara, con la mirada algo desilusionada. __ supo que fue por el beso, pues la chica debía de haber tenido la ilusión de ver soltero al sheriff.
––No me dijiste tu nombre––le habló con ternura.
––Denisse––musitó aquella chica.
––Hola, Denisse––le dijo con una dulce sonrisa.
––Hola...
––__–respondió Carl para completar su oración, Denisse le sonrió.
––___––dijo Denisse asintiendo mirando a Carl con picardía.
__ sintió una extraña sensación en el estómago. Sabía que eran celos, pero le molestaba tenerlos, ya que nunca se calificó como una persona que celara por cada cosa. Y fue ahí cuando pensó: consecuencias del enamorarse.
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Deathless - Carl Grimes.
Fanfiction"Las personas eran destruidas por su inocencia. " -¿Serías capaz de dejarme? Carl sonrió. -Claro que no. "Las muertes aumentaban." -Yo la quería...-murmuró. -Lo sé-asintió. "El miedo se hacía partes de ellos." -No saldremos de aquí-susurró con lágri...