Minas

452 47 2
                                    

Estábamos ya cerca de la torre cuando distinguimos el agradable y esperanzador sonido de un paracaídas cayendo sobre las copas de los árboles. Con ayuda de las clases de escalada que había recibido de Gala pude alcanzar fácilmente el presente. Era muy grande. Lo abrimos con ansiedad. Me brillaron los ojos de ilusión y alivio al ver aquello.

- ¡Cuchillos! 

- Ya no necesitarás el hierro - bromeó Endar. 

- Hay tres.

- Te los dejo a ti. Me conformo con la barra de hierro - sospechaba que Endar no la utilizaría si no era estrictamente necesario.

- Espera, ¿qué es esto? - agarró una bolsa de tela. La abrió y sacó su contenido - No entiendo nada.

Una granada y un montón de piedras. La bolsa contenía una grana  piedras. Pero, ¿qué sentido tenía aquello? ¿Quién envía piedras a un tributo a la arena? Tenía que tener algún significado. 

- Espera. Esto tiene que tener algún significado... - comenzó Endar. 

- Minas - dije.

- ¿Qué? 

- ¿No lo entiendes? ¡Es un mensaje, Endar! Una granada y piedras. 

Me levanté rápidamente y cogí la bolsa con las piedras. Ante mí se abría un trecho abierto, sin muros ni edificios, que nos separaba de la torre. Arrojé las piedras con todas mis fuerzas. Varias minas fueron activadas con un ruido ensordecedor. 

- ¿Qué narices haces? - me preguntó Endar. 

- El campo está lleno de minas. 

- Todos lo habrán oído y vendrán hacia aquí.

- Sí, exacto. Vendrán hacia las minas. Con ayuda de piedras caminaremos hacia la torre evitando las minas. Cuando el resto de los tributos vengan y nos den caza tendremos un campo de minas detrás nuestra.

- Si funcionase...

- Funcionará. 

- Hay que comenzar a avanzar ya. Recoge escombros y comencemos.


***


Finnick apreció la sorpresa de la gente cuando ______ supo interpretar su mensaje e idear un plan para usar aquella situación en su favor. El presidente Snow se volvió acercar a él. Se disculpó con la gente con la que hablaba para atenderle.

- Vaya señor Odair, he de admitir que ha sido bastante ingenioso el enviarle un mensaje oculto con las armas a la tributo del distrito 5. 

Guardó silencio. Haber enviado aquel mensaje a ______ no le habría gustado y le traería consecuencias. 

- Entiendo que tú amor por esa chica será muy grande para manejar el juego a su favor.

No podía seguir guardando silencio o aumentaría la rabia de Snow.

- No fue mi intención manejar el juego. Simplemente quería cuidarla.

- La gente habla, Finnick. Ven extraño y atrevido que un mentor del distrito 4 ayude al tributo del 5. 

- Si ellos dos viven estaré ayudando a Gala. 

- No intentes tomarme el pelo. No me gustan las novedades en los juegos. Estás avisado. 


***


Había anochecido casi por completo. 

- _____, el sol se está escondiendo. 

- No podemos parar ahora.

- Eso es obvio. No podemos dormir entre minas. 

Habíamos conseguido atravesar más de la mitad del campo de minas, pero aún necesitábamos algo más de tiempo para terminar. Con ayuda de las piedras y de la barra iban tanteando el terreno para asegurarse de que era seguro y lo marcaban. 

- Parece que no somos los únicos que hemos decidido continuar incluso de noche - me advirtió Endar. 

- Ya podemos darnos prisa en atravesar este maldito campo.

Nada más terminar de hablar un cuchillo voló, y pasando junto a mi se clavó en el suelo junto a mis pies. Contuve la respiración. 

- Nos están dando caza. - tomé el cuchillo, no nos vendría mal.

- ¿Alcanzas a ver de quién se trata?

- Son Jordan y Johanna. 

- Nos están alcanzando. No tienen que comprobar el camino, tan solo siguen nuestro rastro. 

Seguimos intentando concentrarnos en esquivar las minas, pero yo no podía dejar de mirar hacia atrás, y cada vez que lo hacía, los dos tributos que nos perseguían parecían estar más cerca. Fui a mirar otra vez más cuando oí a Endar:

- ¡Cuidado! 

Me di la vuelta al tiempo que Johanna se abalanzaba sobre mi con dos cuchillos. Conseguí esquivarla pero ambas caímos al suelo con un estrépito. Si ella no me mataba, las bombas de nuestro alrededor acabarían con ambas. Mientras que la esquivaba alcancé a sacar mis cuchillos. Antes de que pudiese volver a por mí, Endar se abalanzó sobre ella. Consiguió quedar encima de ella, y sus manos sujetaron los brazos de ella por encima de su cabeza, que aún sostenían los cuchillos. 

Explosión.

Cañonazo.

 Caí al suelo por el impulso. Algo confundida, me levanté al tiempo que el cañonazo sonaba. Busqué a Endar preocupada, pero lo encontré en la misma situación que antes de la explosión. Johanna gritó. <<Ha sido Jordan, Jordan ha muerto>>. 

- ¡Endar, acaba con ella, vamos! - llevaba tiempo sosteniéndola y temía que al final la situación se diese la vuelta y me quedara sin mi aliado. 

- No puedo.

- ¡Maldita sea, ha intentado matarnos! 

- No puedo. 

- ¡Endar! - le grité aún más fuerte. 

- No puedo... - fue apenas un susurro. 

Cañonazo.

Antes casi de que yo misma fuera consciente, me había acercado a ellos y había clavado mi cuchillo en el cráneo de la chica, acabando con ella de una vez. Sin decir nada cogí el hierro con el que asegurábamos el terreno y seguí con ello. 

Cuando por fin conseguimos salir de aquel campo, ninguno de nosotros dos había articulado palabra.


La máscara (Finnick y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora