La máscara

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A la mañana siguiente de haber estado en la azotea, el Capitolio entero despertó comentando las imágenes de Finnick y la chica del 5. Por supuesto, todo había sido grabado. No esperaba que fuera de otra forma, la verdad. A Elia le encantó que fuera así.

- Querida, eres espectacular. Todo va según lo previsto. Ahora mismo eres el tributo más adorado y comentado en Panem - me dijo.

A mí, la idea no me entusiasmaba. Si tenía que ser sincera, no creo que hubiera besado a Finnick por la estrategia. Ni si quiera entonces tenía claro si quería llevarla a cabo . Aquella noche había sido horrorosa para mí, y en aquellos momentos, él se mostró tan amable y tan bueno conmigo que olvidé que normalmente era un chulo, el niño bonito del Capitolio. Ahora no tenía otra opción que continuar aquello.  

Decidí concentrarme al máximo en los entrenamientos, que se habían vuelto ahora algo incómodos, debido a las miradas indiscretas que los demás tributos me mandaban. Le pedí a Endar que practicara lucha una y otra vez conmigo. Él intentaba que cuando sus golpes me alcanzaban no fueran muy dolorosos, pero aún así no pudo impedir que algunos cardenales aparecieran en mi cuerpo. Sin embargo, yo seguía insistiendo en que practicáramos. También aprendía todo lo que podía de las clases de nudos y pesca de Gala. Mis dos aliados también habían visto las imágenes de Finnick, obviamente, pero no habían hecho ningún comentario acerca de ellas ni se habían comportado de manera diferente, afortunadamente. 

Al sentarnos a comer, me dieron la peor noticia que podían haberme dado:

- Las entrevistas serán dentro de tres días - anunció Gala. 

¡Tres días! Las entrevistas eran el último evento que tenía lugar en el Capitolio. Después de ellas, siempre trasladaban a los tributos a la arena. ¡Tres días! Ese era el tiempo que les quedaba antes de que comenzaran los juegos. 

- No estoy preparada - dije desesperada.

- Ninguno lo estamos - contestó Gala.

- No seáis tan pesimistas - dijo Endar - Ambas habéis mejorado mucho en los entrenamientos. _____, tú hoy has mejorado tanto como todos los días anteriores juntos. Si trabajas igual estos tres días estarás más que preparada - rezaba para que Endar llevara razón.

- Por cierto - Gala se acercó más a nosotros para que nadie pudiera escucharnos - Mi mentor a hablado con los vuestros, para formalizar nuestra alianza. ¿Estaremos juntos en la arena no?

- Claro - respondimos.

- Perfecto. ¿No os habían comentado nada vuestros mentores aún?

- Sí, me lo dijeron esta mañana. Les dije que era lo que quería. - dijo Endar.

- Pues a mí no me han dicho nada. Supongo que me hubiera dado igual tener calabazas en lugar de mentores - bromeé. Rieron - Por suerte tengo a Elia. No habrá ningún problema con la alianza por mi parte, Gala.

- Genial.

En aquel momento apareció Finnick Odair en la puerta. "Oh, no puede ser" - pensé. Bajé la cabeza y miré a mi plato como si no le hubiera visto.

- ______, Finnick quiere hablar contigo - me dijo Gala.

- Que va. Es tu mentor. Querrá hablar contigo. 

- Venga ya, _______. Nadie se ha dado cuenta de que está aquí. Si no vas ya, entrará y todo el mundo le verá. ¿Prefieres eso? 

Desgraciadamente llevaba razón. Abandoné mi sitio malhumorada y me dirigí hacia la sala contigua al comedor, donde Finnick me esperaba. 

- Hola pececilla - me saludó.

- Hola - dije tímidamente - ¿Qué es lo que pasa?

- Nada, pero pensé que querías que te ayudara con tus entrenamientos.

La máscara (Finnick y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora