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Bien, había estado esperando por esas palabras desde que descubrió que su pulso se aceleraba por el señor homofóbico aquí presente, pero solo en sus sueños podía decir que sí. Demian siempre le habló de chicas, y nunca de chicos lindos. En cambio, podía recitar cada palabra que él dedicó a los homosexuales como él, porque cada una de esas palabras lo hirió profundamente, y a pesar de ello jamás le guardó rencor.

Demian le sonrió mientras esperaba que se recuperara del shock inicial. Se moría por decir que sí, sin embargo...

—No.

—¿No? —el desconcierto de Demian era enorme.

—No. Antes déjame hacerte tres preguntas —dijo, mostrando tres dedos de su mano—. Primero, aquel día que me quitaste el chicle de la cabeza, te alejaste de mí, ¿por qué lo hiciste?

Lo recordaba como el primer día. ¿Cómo olvidar su gesto al descubrir al intruso en su cabello? Demian se mordió el labio, incómodo. Levi se aguantó las ganas de amarrarlo a la cama en ese mismo momento.

—Es... Tú dijiste que tendrías que cortar tu cabello. Me gustaba y sabía lo mucho que te gustaba a ti también llevarlo así, por eso se me ocurrió lo del hielo. Antes no lo habría notado, pero estuve muy feliz de ayudarte a deshacerte del problema. Cuando quedamos así de cerca me sorprendí porque me puse nervioso al ver tus ojos y tu... Después de eso evité tu mirada por un buen tiempo. Me estaba engañando.

Desde antes Demian ya mostraba señales, pero por su maldita bocota jamás lo creyó posible. Ahora era el momento de pedirle explicaciones.

—Un día recibiste una carta firmada por L, no el L de Death Note. ¿Por qué la conservaste? —La dichosa carta de "L". Demian sonrió con gracia. Entonces Levi quiso pellizcarle las mejillas, pero se contuvo.

De verdad fuiste tú. Recuerdo que dije eso mientras leía la libreta —Levi apretó los labios—. Debí adivinarlo en su momento. Tal vez mi subconsciente sabía que eras tú, todavía la tengo. Era la primera vez que un chico me escribía, pero no la conservé solo por eso. Sino por el extraño final, porque a pesar de todo el rechazo que pudiera sentir en aquel entonces, esas últimas palabras me sacaron una sonrisa. Luego el chico de lentes apareció, y eras tú.

Levi le devolvió la sonrisa a Demian, y terminó con la última pregunta.

—¿Qué pensabas mientras leías la libreta?

Demian suspiró. Jamás olvidaría ese momento, así que sería sincero con Levi.

—Cuando la encontré en mi mochila me sorprendí mucho. Pensé en devolvértela, pero la cubierta decía para Demian, así que la mantuve conmigo. Primero recuerdo que no quería abrirla, pero me sentía como mierda. Te extrañaba, y necesitaba escucharte, aunque sea mientras le hablabas a mi cabeza.

Boomerang [YTAG#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora