Capítulo 2

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Mentiría si dijera no me había roto la cabeza pensando en las palabras de MyunJoon durante el resto de la tarde, pero ya había tenido suficiente. Como si ya llevara ahí toda la vida entré en clase y me senté en mi sitio ignorando completamente a los dos chicos que me habían seguido con la mirada. Aún faltaban unos diez minutos para que empezara la clase y como no tenía libros no me quedaba otra opción que quedarme mirando fijamente a algún sitio aleatorio de la clase.

-¡Hey! -Por desgracia, la cara del moreno se interpuso en mi campo de visión- ¡Buenos días _____sshi!

-Buenos días. -Repetí sin ganas, tirándome hacia atrás para que nuestros cuerpos no chocaran. Estaba apoyado en mi mesa y de rodillas en suelo y al parecer no tenía intenciones de irse hasta que llegara el profesor.

-¿Qué tal? ¿Cómo te encuentras? ¿Tienes ganas de hacer fechorías? -Volvió a atacarme con preguntas sin ni siquiera dejarme responder a la primera. Le miré con una ceja levantada y por suerte el rubio vino al rescate. Cogiéndole del cuello de la camisa le estiró hacia atrás y le obligó a levantarse.

-Deja de molestarla tio, lo de la maldición es una tontería. -Le dijo a su amigo, quien le miró haciendo un puchero y se soltó como pudo de su agarre.

-¡No es una tontería! -Exclamó ofendido- Sabes perfectamente lo que les pasa a todos los que se sientan en esa mesa.

-No, no lo sé, y tú tampoco. Lo único que sabes son los rumores que corren por el instituto. -Se defendió el rubio.

-¿Qué demonios es eso de la maldición? -Les pregunté, pero pasaron olímpicamente de mí y siguieron con su debate.

-¿Qué ocurre? -Una cuarta voz se añadió al escándalo, haciéndonos callar a los tres.

-¿Uh? -MyunJoon se giró de golpe, sorprendiéndose al encontrase al representante de la clase delante suyo- ¡Oh, Eunwoo! ¿Verdad que esa mesa está maldita? ¡Díselo a JinJin!

-¡¿Maldita de qué?! -Exclamé habiendo perdido la paciencia. Los tres se me quedaron mirando sorprendidos e intimidados por mi grito, cosa que me hizo arrepentirme al instante de haber alzado la voz.

-No te preocupes _____ -Empezó a hablar Eunwoo con su calma habitual- Lo que dice MyunJoon son solo rumores. Esta mesa no tiene nada de especial ni va a hacer que tengas mala suerte por el resto de tu vida.

-¿Entonces por qué Bin no viene a clases, eh? -Soltó de repente MJ, haciendo que Eunwoo se pusiera tenso.

-Eso no es asunto tuyo. -Su expresión se oscureció por unos instantes y esta vez la calma en su voz daba bastante miedo. MJ se arrepintió de haber hablado más de la cuenta y por suerte fue salvado por el profesor, quien entró a clase al mismo tiempo que sonaba el timbre- Vamos, id a sentaros.

Siguiendo las órdenes del pelinegro los dos chicos fueron a sus sitios y aunque pude notar como de vez en cuando MJ me miraba de reojo, las clases pasaron sin ningún incidente.

Dibujé mi mas amplia sonrisa al darme cuenta de que ya era hora del patio y hoy no me había olvidado del almuerzo. Sin ni siquiera pensar en ello me dirigí fuera del edificio, al banco en el que me había sentado ayer. Hoy Sanha había llegado antes y nada más verme levantó la mano y me saludo.

-¡Hola noona! -Dijo animado cuando estuve a su lado. Dejó que me sentara y ni siquiera preguntó por qué no iba a la cafetería con gente de mi clase, nos pusimos a comer y a hablar de cualquier cosa.

-Oye Sanha -Le llamé la atención. Levantó la cabeza de su fiambrera con un trozo de lechuga asomándole por la comisura del labio- ¿Tú has oido rumores sobre una maldición en una de las clases de tercero?

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