Seis Sesenta y Seis

2.

Me despierto al oír una especie de grito angustioso. Abro los ojos de golpe, bañado en sudor y la luz de la habitación me deslumbra. Debí de haberme quedado dormido con la luz encendida. Tengo un dolor de cabeza terrible, mi habitación no para de dar vueltas. No recuerdo nada de lo que me ha pasado, ni cómo he llegado a mi cuarto.

Miro el despertador: son las cuatro cuarenta y cuatro de la mañana. Me asomo a la ventana para intentar averiguar la procedencia del ruido, pero no veo nada.

Decido no darle mayor importancia al asunto y me vuelvo a la cama. Por más que intento dormirme no lo consigo, sin poder quitarme de la cabeza ese grito. Parecía tan real... Me cuesta concentrarme en lo que pienso. Será el dolor de cabeza.

Sigo dándole vueltas hasta que suena el despertador. Me levanto de la cama lentamente. Va a ser un día muy largo.