Coordenadas de valentía

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A esto no le doy un número porque no merece una secuencia.
De hecho, no merece ser escrito.

Es molesto lo bonito que es vivir y lo difícil que lo hemos convertido.

Me da miedo voltear a ver el cielo y ver nubes de mentiras, azules negros y blancos grises.
Y es verdad, que aún cuando vuelvo a casa, sigues ahí.
Prendo la televisión y te veo en diferentes cuerpos y con otros ojos, diciendo mentiras, contando muertos, prometiendo que no es tu culpa.
Me da miedo, porque al prender el radio me he dado cuenta que aún eres tú y sólo tú. No das espacio a nadie más.

Y sí, ahí no acaba...
¡He ido a escuelas, y tú das las clases!
¡He escuchado debates que tu moderas!
¡Te he visto en la boca de los presidentes!
Entonces, me ansía preguntar, ¿serás la peor enfermedad?

¡Y sí! He visto que en las cafeterías, vas pasando de boca en boca. No necesitas tocarnos, ni compartir tu sangre. ¡Con compartir palabras te es bastante!
Te odio, ignorancia.