Dime tú, ¿cómo puedes caminar tan seguro de la vida, cuando hasta tu mismo corazón te traiciona cada segundo?
¿Cómo puede uno estar seguro de que cada segundo que el corazón de su amante muere, regresará con la certeza de a quién amar?
Y es que, te diré yo, que los amores de este siglo han sido condenados a ser fugaces. Y me gusta culpar al corazón, que te amó hace un segundo y al siguiente ya no sé.
Dios, y después de todo, ¿cómo es posible que mi corazón muera y reviva segundo tras segundo y aún recuerde amarte a ti?
Te diré, que mi amor hacia ti sufrió la condena de no ser fugaz. Y no es que mi corazón tenga memoria tras la muerte, sino que, tú a mí corazón, le perteneces.
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Coordenadas de valentía
PuisiPorque en un mundo de caos y decadencia, los valientes somos los poetas que cultivamos rosas en los campos de batalla.
