uno

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Kol Mikaelson.


¿Cómo era Kol Mikaelson?


Kol Mikaelson era malvado, burlón, sádico, anteriormente un humano que después paso a convertirse en un vampiro original, fantasma, brujo en el cuerpo de alguien más y espíritu ancestral para volver a ser un vampiro. No se caracterizaba por alguien que amara con el corazón, para él las mujeres sólo eran un método de satisfacción o de almuerzo. Cuando Davina llegó a su vida se sintió feliz, conoció un poco el sentimiento de llegar a apegarse a alguien, más el sentía que le faltaba algo, su relación con la bruja iba bien, tenían buen sexo, se ayudaban mutuamente en los planes, conversaban de cosas triviales más nunca de sus gustos. Había veces que se aburría completamente de estar en una relación tan monótona, donde pensaba que él era el único divertido, y eso de alguna forma lo frustraba. A él le aburría lo ordinario y monótono, le gustaba ser liberal, hacer cosas distintas, descubrir algo nuevo siempre.


Llevaban por ahí de cuatro o cinco años de relación, la verdad es que ni el mismo se acordaba. Sinceramente a ese punto del partido se preguntaba por qué seguía con la bruja o, lo que se cuestionaba todas las noches mirando el techo, ¿porque jodidos le pidió ser su novia en un principio? No es que Davina fuese fea, por supuesto que no, era bonita, aceptable para sus ojos, pero siendo realistas, la mujer era tan aburrida que empezaba a amargarle la existencia.


Fue por eso, que un 29 de mayo del dos 2023, cuando acababa de llegar a la mansión Mikaelson de la de la casa de su novia, se sorprendió de ver cómo su hermano arrastraba una pequeña maleta en su mano derecha. Sabía que para estas fechas Klaus salía por días y siempre le era imposible no preguntarse así mismo; ¿A dónde demonios iba siempre?


¿Tendrá una novia secreta? Quizás... ¿un novio?


¿A dónde vas? le preguntó deteniéndose a mitad de la terraza.


El rubio pasó por su lado, encogiéndose de hombros. Que te importa.


¿A dónde vas? repitió con más fuerza.


―No tengo por qué decirte ―bramó siguiendo su camino―. Métete en tus asuntos y déjame a mí con los míos.


Rodó los ojos ante la respuesta dejando a Klaus seguir con su camino fuera de la casa. Su hermano era extraño y aunque quisiese saber qué era eso de los viajes anuales, no preguntaría más nada al respecto o tal vez si, quizás el siguiente año. Soltó un suspiro mientras se limita a sentarse en uno de los sofás. La verdad era que estaba acostumbrado a ese tipo de respuestas, ya ni siquiera se molestaba por hostigarlo hasta que se lo dijera, así tomándole poca importancia se dedicó a jugar con su teléfono y le mandar algunos mensajes por veinte minutos a Davina.


Tanto era su ensimismamiento que no se dio cuenta cuando su hermana, Rebekah, se paró a un costado de él, hasta que esta le arrebato el teléfono de las manos.


― ¡Oye! ― se quejó con el ceño fruncido.


Rebekah miró el teléfono antes que a él. ―Te he estado llamando desde hace cinco minutos, ¿estas sordo? ― se queja frunciendo igualmente el ceño.


―No es como si quisiera escuchar tu voz las veinticuatro siete, hermanita ― estiró las manos, intentando quitarle el teléfono―. Devuélvemelo.


―Ni como si yo quisiera dirigirte la palabra, hermanito ―contraatacó―. Como sea, no voy a ponerme a perder mi tiempo contigo.


Le arrebató el teléfono en un movimiento rápido. ―Solo habla, me irritas.


―Elijah dice que te prepares, salimos de viaje en quince minutos.


Alzó una ceja a la par que bloqueó su teléfono, cruzándose de brazos. ―Que les vaya bien, me traen un souvenir.


―No seas idiota ―le dio un golpe―. ¿Estás sordo? Tú vas con nosotros.


― ¿Qué? ¿A dónde demonios vamos?


― ¿Me ves cara de tu guía turística? ―inquirió tajante.


―De perra prostituta sí.


Rebekah gruñó. ―Vamos a Londres ―respondió dándose vuelta―. No está a decisión si quieres ir, vas a ir sí o sí. Así que apúrate, te quedan catorce minutos.


La vio desaparecer escaleras arriba.


Soltó un suspiro seguidamente de una risilla, y frunciendo el ceño con cohibición, se puso de pie.


La verdad era que podía negarse a ir si quería, nunca les hacía caso a sus hermanos, pero estaba aburrido, necesitaba cosas nuevas en su vida y un viaje a quien sabe dónde -se le olvidó que dijo su hermana como el 95% de las veces- sería bueno para alejarse de su monótona y singular vida.


Total, ni que fuera encontrar a el amor de su vida en un viajecillo de improvisto a hacer quien sabe qué cosa.





























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He decidido extender esto porque quiero y puedo, sin lecturas o con lecturas, sin votos o con votos, sin comentarios o con comentarios jeje. Nos vemos <3

Heaven ➳ [Kol Mikaelson, Efímero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora