― ¿Que hacemos aquí? ―inquirió bajando del auto -robado- que Rebekah consiguió el día anterior, cuando llegaron a la ciudad―. ¿Y por qué estamos vestidos así? ―miró su traje―. ¿Vamos a un bautizo?
Habían viajado toda la noche del veintinueve y parte de la mañana del treinta, cuando llegaron lo primero que hicieron fue buscar el auto más bonito y llamativo ya que Rebekah habían dicho; No vamos a rentar un carro cuando tenemos autos gratis en aquel estacionamiento. El caso es que ese mismo día se hospedaron en el mejor hotel de Londres y permanecieron encerrados en una habitación presidencial el día entero, hasta que al día siguiente, o sea ese día, un primero de Junio, Elijah los había obligado a levantarse, asearse y vestirse presentables porque iban a salir. Ahora, después de una hora y media de viaje, habían llegado a un vecindario común, estacionándose a un lado de la vereda, frente a una bonita casa.
― Venimos a visitar a Amitzil ―Elijah respondió, acomodando su saco para empezar a caminar.
― ¿Amit qué?
― Amitzil ―corrigió.
―Aja eso ―murmuró―. ¿Y quién es Amitzil? ¿La comida?
El original trajeado se detuvo antes de abrir la cerca de la casa, mirando a su hermano menor. Rebekah, Klaus y él eran las únicas personas que sabía de la existencia de Amitzil -pero solamente Klaus y el sabían que era una doppelganger- Kol por su parte ni siquiera sabía de la existencia de dicha persona.
―No, Kol, no es la comida ―dijo―. Es la niña que nuestro hermano cuida desde pequeña y que viene a visitar cada año ―respondió la rubia, acomodando su cabello y mirándolo con aburrimiento.
Alza una ceja, incrédulo. ―Uy sí. Sobre todo Klaus ―se burló―. Me parece que el aire europeo les hizo mal.
―Rebekah dice la verdad ―Elijah abrió la cerca, afirmando lo dicho por su hermana―. Hemos venido porque hoy es su cumpleaños, así que ambos compórtense.
Nos le dio tiempo de contestar por que el mayor de los tres ya estaba caminando por el camino de piedra que atravesaba el jardín y llevaba hasta la puerta. Kol sonrió entre incrédulo y divertido porque sabía que va a ser muy satisfactorio molestar a su hermano sobre el tema si es que realmente Elijah y Rebekah no mentían, por lo que arrastró los pies detrás del trajeado con Rebekah a su lado. Llenó sus pulmones con aire y un cosquilleo le molesta en el pecho cuando subieron el pórtico para que el mayor de los tres tocara la puerta levemente.
Del otro lado se escucharon pasos apresurados y después de unos segundos la puerta se abrió. El cosquilleo aumentó y Kol tuvo que bajar la mirada al no encontrar a nadie frente a él. Al llegar un poco antes del suelo, se encontró con algo que deja a su corazón latiendo como loco.
Oh jodido, Dios. ¿Qué es esto?
No fue capaz de escuchar nada a su al rededor, su mirada y completa atención estuvo centrada en la niña quien abrió la puerta y se tiró a los brazos de Elijah, saludándolo alegremente domo si lo conociese de toda la vida. No estaba ciego y supo que la morenita era un doppelganger, pues aquella belleza sólo la poseían los que por sus venas corría la sangre Petrova, entonces cuando sus ojos se encontraron por primera vez y él le regaló una sonrisa socarrona, creyó que sus pies dejaron de tocar el piso para volar a cielo, permaneciendo ahí, brillando como una estrella.
Dio un paso hacia delante, regresando a todos sus sentidos.
―Mira nada mas ―murmuró dando un paso hacia delante―. Mis ojos no pueden ver lo que estoy viendo.
―Kol ―Rebekah dio una advertencia cuando el vampiro se hincó a la altura de la niña.
― Así que está pequeñita es un doppelganger ―miró su cara. Amitzil arrugó la nariz.
La vio fruncir el ceño con soberbia y a Elijah gruñir con enfado.
― No soy una duplegader. Y tampoco soy pequeña, baboso ―la voz se coló en sus oídos y pudo jurar que nunca en su vida había escuchado una voz tan exquisitamente melodiosa como esa.
Hizo una mueca intentando ocultar su sonrisa, pero finalmente soltó una carcajada.
―Y tiene carácter ―murmuró con satisfacción mientras pellizcaba una de sus regordetas mejillas―, me gusta. Quiero comerla.
Su momento es arruinado por la voz de Klaus apareciendo desde el pasillo detrás de Amitzil. Le es imposible no fruncir el ceño de nuevo cuando el cuerpecito de la morena es apartado de frente suyo por su hermano, quien esconde a la niña detrás de sus piernas.
Eso no le gustó a pesar de no conocerla. Algo en su corazón se implantó con fuerza al verla por primera vez y a saber Dios que era, pero estaba inconscientemente seguro que esa niña nunca iba a esconderse tras sus piernas, pues ya tenía unas para refugiarse.
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Heaven ➳ [Kol Mikaelson, Efímero]
Fanfiction"Kol Mikaelson se negaba a aceptar que estaba enamorado de la protegida de su hermano Klaus aunque se mintiera así mismo. ¿El motivo? Cuando Kol la vio por primera vez pensó que ella era el cielo nocturno en donde quería brillar y sin embargo el cie...