cinco

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El tiempo pasa lento cuando duerme y la daga que los neutraliza permanece en su corazón, lo sabe y lo siente, tan tortuoso.


Cree que sin su motivación por volver a ver a su doppelganger sería muchísimo peor. Siempre pensaba en ella, se la imaginaba riendo o contando algún chiste tonto, corriendo como loca por todo ese prado de flores donde le llevó varias veces, la imagino platicando con Taus en susurros, bailando esas canciones coreanas pasadas de moda, la imagino sonriéndole desde la entrada de su escuela cuando iba a recogerla, golpeándolo en la cabeza por decir cosas tontas y sobre todo, la imagino diciendo su nombre. Pero el sentimiento de no ser verdad estaba presente en su cabeza y eso en si inconsciencia lo molestaba mucho, porque él quería estar con ella y que el tiempo fluyera lento no ayudaba en nada.


Eso creía, hasta cuando la daga fue retirada de su pecho y se llevó una gran sorpresa.


― Han pasado tres años, hermano ―fue Elijah quien le dijo cuando despertó.


No se puso a pelear ni hacer disparates hacia Klaus, no, sólo le bastó que su hermano mayor le explicara todas las cosas para irse de Nueva Orleans sin ver hacia atrás.


Su tiempo se estaba acabando, sólo tenía un año.


Un año para enamorar a su morena antes de que Klaus volviera. Un año para hacer de su felicidad algo primordial.


El recuento fue más de lo que espero, había llegado hacia unas horas antes de que se terminará el cumpleaños número diecisiete de Amitzil. Fue recibido por Elena Gilbert, supo que era ella porque a pesar de que fueran iguales, Amitzil era única.


Su mirada viajaba fascinada por toda la chica sentada en la cama a mitad de la habitación mirándolo con los ojos grandes y una mueca en la boca.


Ahí estaba, su morena, su bruja, su chica.


Kol sonrió de lado, recargándose en el marco de la puerta. ― ¿Vas a quedarte ahí parada en vez de venir a abrazarme, cariño?


La vio ponerse de pie casi al instante tirando un par de almohadas en el trayecto. Es entonces cuando puede apreciarla mejor que antes y Dios, todo el aire abandona su cuerpo de golpe.


Estaba hermosa, era la personificación de un ángel perfecto para sus ojos; su pelo seguía corto teniendo pequeñas ondulaciones, sus pómulos se marcaban más delicadamente como si fueran pincelados, su nariz respingada, sus pestañas largas y gruesas, aquellos bonitos ojos cafés brillantes a los desconocido, su estatura había aumentado un poco, la curva de su cintura era estrecha y sus largas piernas torneadas lo dejaron sin aliento.


Demonios, iba a tener una jodida erección en cuestión de minutos.


Sin embargo, tragando saliva ruidosamente, intenta seguir sonriendo con despreocupación, descruzando sus brazos para extenderlo. Ante tal acción Amitzil camina hacia él, pero justo antes de que sus cuerpos se rozan siquiera, la cara de la doppelganger se contrae y lo único que recibe de ella son golpes en el pecho.

Heaven ➳ [Kol Mikaelson, Efímero]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora