Esta historia se relata en el Siglo XVIII época del levantamiento de la edad de Oro de la Piratería por las Indias Occidentales. En esa época todo el océano era peligroso si no ibas preparado para enfrentarte a esos grandes ladrones del mar. Bebían...
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(Narra su autor) Dipper se frustró enormemente al ver que se había quedado dormido, se sentó en la cama y suspiró con enojo, ya había caído la noche y por la ubicación de la luna ya era de madrugada. Increíblemente todavía tenía un constante dolor por su cuerpo, por lo menos sus piernas ya respondían aunque su parte baja todavía era un tormento. Observó bien su entorno, le extrañaba enormemente que el capitán todavía no había mostrado la cara, cuando detalló mejor el lugar y mientras se movía por la cama notó que entre las sábanas estaba lo que estaba buscando con desesperación, la llave de las cadenas, <<¡Valió la pena todo esto! Logré quitársela o quizás esto es una jugarreta del capitán y la dejó aquí a propósito...>> pensó mientras se liberaba de las cadenas que lo mantenían apresado, le importaba un demonio tenía que aprovechar las cosas para alejarse de ese demonio de mar.
Soltó varios juramentos al sentir que todavía el dolor permanecía, <<¿¡Qué fue lo que me hizo ese maldito pirata!?>> habló para sus adentros con mucho enojo, se sentó en el borde de la cama y observó que en el suelo estaba su ropa, se levantó silencioso para poder agarrar la camisa y el pantalón, se las colocó lentamente mientras se seguía quejándose, hasta sus piernas todavía temblaban.
En estos momentos rezaba porque el Capitán no hiciera una aparición repentina; cuando ya estaba listo se volvió a levantar caminó algo tambaleante hasta la puerta y la abrió suavemente mirando con miedo para todos lados, <<menudo hombre que no resguarda a su prisionero en un lugar más vigilado>> El chico mientras ponía un pie fuera de la habitación y poco a poco llegaba con cautela hasta la entrada de la mansión, al salir de esta se podía escuchar de fondo un gran tumulto que parecía provenir del puerto. Con cuidado el chico caminó hasta donde estaba el precipicio y se aferró a la barandilla, gracias a la gran altura pudo observar que los piratas tenían otra gran fiesta allá abajo, era increíble el cómo podían seguir celebrando sin problemas... Esta situación lo favorecía, con los marineros reventados por el ron y con la isla medianamente iluminada por la luz de las velas y la luna el chico podía pasar desapercibido con algún disfraz o algo similar.
El castaño se giró caminando hasta la puerta de la casa, tenía que regresar a la habitación por algo que le pudiera servirle de disfraz, pero antes de poder colocar la mano en la perilla escuchó una risa conocida acercarse; con rapidez y sin pensarlo dos veces corrió hasta la entrada de la selva ocultándose detrás de un árbol mientras maldecía al cielo por enviarlo ahora, asomó su rostro para poder corroborar la identidad de esa risa y efectivamente pertenecía a esa persona, era el Capitán Cipher acompañado de un par de hermosas mujeres. <<Maldito... Me mantiene como un prisionero para complacerlo sexualmente y todavía tiene las agallas de andar con unas rameras>> pensó enojado mientras apretaba los puños y escondía su cabeza, ya era hora del salir de ese lugar, escapar de aquel condenado pirata y de sus juegos sin sentido; al moverse para escapar por la densa jungla se escuchó el crujido de una rama, Dipper se quedo quieto rezando para que el mayor no le hiciera caso al ruido.
