(Yellow! Espero que disfruten este capítulo, gracias por el apoyo con esta historia. Ya no es necesario que manden una turba furiosa o unos buques de guerra (?) Un abrazo triangular.)
Mapa
(Narra su autor)
Por la isla de la Gran Inagua se comenzaba a escuchar las risas y cantos de los marineros, estaban comenzando a retomar sus labores después de presenciar esa divertida tortura contra el mensajero del gobernador.Por otro lado, en donde se había llevado acabo ese horrible espectáculo, el Teniente Eight Ball agarró el hombro de aquel infortunado hombre y colocó su espalda toda desgarrada contra el suelo luego lo fue arrastrando hasta las mazmorras de la isla mientras el Capitán Cipher lo seguía; aquella criatura sólo soltaba horrendos quejidos, la carne viva de su espalda rozaba contra toda la tierra y las pequeñas piedras se le quedaban incrustadas haciendo que el dolor fuera más agonizante. Al llegar el Teniente lo lanzó en una de las celdas y trancó la puerta de la misma.
—No creo que se digne a intentar escapar. —Soltó una carcajada y seguido lo hizo el Capitán.
—Este maldito animal ya es carne para tiburones. —Dijo con diversión.
—¡Jajaja! Tiene razón. —Ambos se dieron vuelta y se alejaron del lugar, caminando rumbo a la mansión.
(Narra Dipper)
Me desperté de golpe con el corazón casi en la garganta, pasé mi mano izquierda sobre mi espalda y luego me miré la palma, no había sangre y tampoco dolor... Me desmayé... Quizás por eso no me dieron el castigo. Observé detenidamente el entorno, la habitación estaba vacía y tenía mi brazo derecho encadenado con unos grilletes a la cama. <<Lo que me faltaba, además el bastardo de Bill dijo que conoció a mi tío Ford y que este lo enfrentó... Además sabe que soy su sobrino... Quizás pueda sacar algo bueno de eso...>> Pensé mientras me levantaba de la cama y me colocaba frente a la misma. —Gracias a Neptuno estos grilletes tienen una cadena algo larga y puedo moverme con cierta libertad, bueno ahora tengo que intentar sacarme esto. —Dije con cierta preocupación mientras analizaba las pocas opciones que tenía.(Narra su autor)
Después de unos pocos minutos Bill y Eight Ball ya se encontraban en la entrada de la mansión. —Iré a supervisar el puerto y a los marineros mi Capitán, usted diviértase controlando el enojo de ese zagal. —Le dio una pequeña palmada en el hombro mientras reía.—Que gracioso... Verdaderamente no creo que tenga las agallas para intentar matarme nuevamente después del susto que le hice pasar. —Le devolvió la palmada en el hombro y el otro sonrió, luego se retiró del lugar para comenzar a trabajar.
Cipher entró en la mansión, caminó por el pasillo hasta llegar a su habitación y abrió las puertas lentamente, entró en esta y luego las cerró para evitar interrupciones; observó con una sonrisa justo cuando el castaño estaba intentando quitar el grillete que lo mantenía atado a la cama, el menor al escuchar la puerta giró su cabeza algo nervioso y al ver quién era su rostro cambió a un semblante lleno de rabia.
—¡¡MALDITO BASTARDO... COMO TE ME ACERQUES TE MATO!! —Gritó con odio lazándole la almohada y después un libro que estaba arriba de la mesa de noche.
El mayor esquivo ambos proyectiles sin problemas, cuando el chico se volteó para agarrar otra cosa, el mayor se colocó detrás de este y le agarró las muñecas con una sola mano llevándolas a su espalda mientras las apretaba con fuerza, luego lo arrodilló frente a la cama.
—¡¡SUÉLTAME PERRO SIN ALMA!! —El muchacho forcejaba para liberarse, pero la lucha era en vano pues el Capitán tenía más fuerza que él. —¡¡JURO QUE TE MATARÉ CON MIS PROPIAS MANOS!!.
Bill suspiró, llevó la mano que tenía libre hasta la cabeza del otro y la pegó con fuerza de la cama haciendo que este no pudiera respirar, el mayor se inclinó y acercó sus labios hasta el oído de Dipper mientras el otro forcejaba para conseguir algo de aire. —Escúchame bien condenado zagal... Me estás haciendo perder la poca paciencia que tengo, así que es mejor que te mantengas obediente. —Dijo esto con frialdad mientras alejaba la mano de la cabeza del otro, el chico dio una bocanada de aire mientras intentaba recuperar el aliento, después sintió sus manos libres pues Bill ya lo había soltado del fuerte agarre.
—Aahh... N... No puedes hacerme daño... —Dijo entre jadeos. —Ahora lo sé muy bien, aunque quieras cortarme la cabeza o mandarme a los tiburones no puedes hacerlo... Soy familia de aquel que odias tanto, el tenerme como prisionero y vivo te da una ventaja muy alta. —Dijo desafiante y con una leve sonrisa mientras lo observaba de reojo arrodillado en el suelo, al parecer ya estaba utilizando mejor la cabeza o sólo estaba comenzando a navegar por un terrero peligroso, en el fondo estaba completamente asustado pero el inmenso odio que sentía en ese momento le quitaba de cierta forma el miedo que le tenía al Capitán.
—Serás... —Guardó silencio mientras lo observaba irritado, el chico tenía razón, después de todo no era tan tonto como el mayor pensaba o quizás si lo era al atreverse a desafiarlo. La verdad es que el rubio no estaba preocupado por lo que este había dicho, él ya sabía de ante mano que no podía herirlo todavía... Estamos hablando del Capitán Bill Cipher, este lobo de mar nunca ha caído y nunca lo hará ante nada ni nadie. —Te vas a acostar en la cama, luego te quitarás la ropa y abrirás las piernas para mí... Al terminar te llevaré a ver algo que te hará demostrarme más respeto. —Agarró el cuello del otro y lo presionó con cierta fuerza. —Sé que no puedo matarte... Pero si puedo torturarte, también soy conocido por mis habilidosos métodos de tortura pequeño, puedo hacer que una persona pierda la cabeza sin causarle la muerte. —Le soltó el cuello haciendo que Dipper tosiera ligeramente. —Seguramente no habías pensado en eso. —Soltó una leve risa mientras se quitaba su abrigo y lo colocaba sobre el baúl que estaba frente a la cama.
El castaño tragó en seco, ahora sentía mucho miedo, quizás había ido demasiado lejos... Después de todo su secuestrador lo había dicho, el Capitán Cipher es el mismísimo demonio en la tierra.
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Una Aventura Peligrosa
FanficEsta historia se relata en el Siglo XVIII época del levantamiento de la edad de Oro de la Piratería por las Indias Occidentales. En esa época todo el océano era peligroso si no ibas preparado para enfrentarte a esos grandes ladrones del mar. Bebían...