BackStage {Justin Bieber HOT}

Capítulo 17: The end.

Respiro hondo.

Estoy frente a frente del lugar que yo solía trabajar, cuando mi madre me abandonó y aquí fue donde me "acogieron". El prostíbulo.
Cierro los ojos e intento imaginarme por solo un segundo que todo estará bien, que esta realidad es solamente una pésima pesadilla.
Abro los ojos y sigo nerviosa, pero está todo calculado.

Cuando recibí el mensaje de James supe que tenía que actuar de inmediato. Esperé a Jack y le conté toda la situación, llamé a Ryan y le dije que consiguiera armas lo antes posible y que nos encontraríamos en la casa de mi primo.

Planeamos todo. Yo llevaría un arma debajo de mi ropa por si acaso y una navaja. Ellos intentarían pasar por el prostíbulo como 'clientes', pero en realidad me estarían siguiendo para matar a James, salvar a Melody y a Ela.

Sacudo mi cabeza y decido rodar con mi silla de ruedas dentro del prostíbulo.
La música está demasiado fuerte, el hedor a cigarro y a alcohol vuelven a ser familiares para mi, pero siguen siendo un olor completamente repugnante.
Algunas de las personas del lugar me miran de manera despectiva, otros sorprendidos porque logran reconocerme y al resto ni le importa.

"¿Qué hace una inválida aquí?"

"¡Miren, es Barbara! Está... en silla de ruedas..."

Son algunos de los comentarios que alcanzo a deducir por las miradas o leyendo algunos labios. Mis mejillas se ponen coloradas, pero intento pasar frente a toda la multitud para llegar hasta su oficina y aclarar todo este maldito asunto.

Una persona se opone en mi camino, lo miro directamente a los ojos. No sé quién es, pero me pasa una tarjeta.

"Dirígete a la puerta trasera"

Miro a la multitud buscando a Jack y a Ryan, no dudo en escribirles un mensaje de texto para decirles que estaré allí, dudo que lo hayan visto, espero que lo hagan pronto.
Con el corazón en la garganta, voy hacia donde me indican, solo veo un auto negro y a nadie más.
Hasta que me colocan algo en la cabeza, no sé si es una bolsa o algo por el estilo. Me pongo nerviosa e intento luchar, pero sin la movilidad de mis piernas no puedo hacer nada.
Me botan al suelo y me golpeo fuerte en la cabeza, no recuerdo nada después de eso.

Despierto de golpe, jadeando. No dudo en mirar a mis alrededores, está todo oscuro y frío, solo veo una luz tenue arriba mío. Estoy con las manos y piernas atadas en el suelo. No podré escapar ni hacer nada si es que no tengo mi silla de ruedas, me siento tan inútil. Por un instante me asusto, porque pensé que habían tomado mi pistola y mi navaja, me sacudo un poco y un suspiro de alivio cae. Siguen ahí.

—¿Barbara? —escucho una voz inocente, femenina al otro lado de la oscura esquina, la reconozco al instante.

—¿Melody? ¿Eres tú? —le pregunto con ansias.

—Me alegro tanto que estés aquí, no tienes idea de lo asustada que estoy. Quiero salir de aquí, no quiero morir —dice en un tono quebrado.

—Tranquila, todo va a estar bien, tengo un plan. Ryan y Jack, mi primo, nos ayudarán. —hago una pausa—, cuéntame qué ha pasado.

—Estaba en la recepción de la editorial y unos hombres toman a Ela y a mi como rehenes, nos meten a un auto con una bolsa en la cabeza. Te puedo jurar que en ese instante me iban a matar, estaba entrando en pánico, hasta que nos sacan del auto y nos dejan ver lo que hay alrededor. Había un hombre, creo que se llamaba James y me separó de Ela y me trajo aquí, no he comido absolutamente nada desde ayer. Estoy hambrienta.

Por un instante me arrepentí por no haber traído comida, pero no pensé que James sería tan cruel de tener a una adolescente en estas condiciones. No lo creí capaz.