Capítulo 3

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Sean

Subo por el ascensor antes de dirigirme a la zona de vestuario para cambiar mi ropa e irme a casa. No sé realmente el por qué estoy haciendo esto. Lo único que sé, es que las irrefrenables ganas de mantener informada a Alicia y estar al pendiente de ella, pueden conmigo. Sé que quizá pueda meterme en problema. Pero solo estoy tratando de hacer mi trabajo –oh si, cree eso Sean- dijo una voz dentro de mi cabeza. La pasé por alto y seguí con mis pensamientos mientras caminaba por el pasillo acercándome a la habitación de Hansen. Tenía una nota en mi mano derecha, la cual había escrito segundos antes de subir. Entré a la habitación, encendí la luz y deje la nota en la cama. Antes de darme vuelta, mis pupilas se toparon con algo blanco que sobre salía de la almohada de la chica.

Sintiendo mucha curiosidad, me acerqué y tomé el papel. Lo observe y leí la escritura borrosa que estaba detrás antes de mirarlo por delante.

Siempre estarás en mi corazón, te amo Alie.

Fruncí el ceño y le di la vuelta a el papel fotográfico y me encontré con un chico de más o menos mi edad. Tenía una sonrisa en su rostro muy alegre. Su cabello era de un castaño muy claro, casi podía ser rubio, y tenía los ojos azules muy claros ¿Será su novio? Me pregunté dentro de mí sintiendo un ardor en el estómago. Deje la nota en el mismo lugar en que la encontré y me aproximé a la puerta.

Salí de la habitación a paso rápido y bajé por el ascensor. Ella tenía novio, pero ¿Cómo no tenerlo? Es hermosa, cualquier chico normal se fijaría en ella.

Al estar en el piso del personal del hospital, fui a mi casillero y saqué mis pertenencias. Ahora tenía mucha más curiosidad sobre lo que ocurría con ella ¿Y si intentó arremeter con su vida por culpa de ese chico? ¿Y si él le había hecho daño? No lo sabía, no entendía porque ella tenía esa fotografía escondida bajo su almohada. Y estaba claro que no debía meterme en la vida de los pacientes, pero por primera vez en mi vida, sentía que no podría estar tranquilo sin saber lo que había ocurrido. Podría meterme en problemas, pero haría lo posible por saber lo que sucedía. En serio quería ayudar a esta chica.

Después de vestirme, me arregle un poco el cabello y salí a por mi auto.

-Hasta mañana señor Mayer.

-Hasta mañana Coral – me despedí con una sonrisa de la mujer de recepción.

Salí del hospital sintiendo la agradable brisa fresca de Madrid en pleno julio. Se podía decir que estábamos en una de las épocas del año más calurosa en la ciudad. Pero, esta noche, estaba fresca. Caminé hasta llegar a mi auto, que era un Cadillac ELR 2014. Me monto y lo primero que hago luego de encender el auto, es hacer lo mismo con la radio y subirle bastante al volumen.

Summer de Calvin Harris sonaba por los altavoces, comencé a moverme con un pequeño ritmo mientras cantaba y salía del estacionamiento. Sumido en la música y en mis pensamientos, llegué hasta mi apartamento, estacioné y baje del auto en el preciso momento que mi teléfono móvil comenzó a sonar. Saqué el aparato de mis bolsillos y contesté sin mirar a la pantalla.

-¿Hola?

-¿Qué hay hermano?- dijo la voz de mi mejor amigo al otro lado de la línea, sonreí y contesté mientras me montaba en el ascensor, luego de saludar al vigilante de recepción y marqué mi piso.

-Bien y ¿tú? ¿Por qué el ruido?-pregunté frunciendo el ceño al oír el ruido que provenía del otro lado.

-Estoy en el bar, te llamaba para invitarte a unas cervezas- miré el reloj de mi muñeca tomando en cuenta la hora. Estaba un poco cansado, pero hacía tiempo que no salía a beber un poco de cerveza con mis amigos. Con el trabajo y la universidad, no tenía tiempo. Pero creo que debía aprovechar los días de vacaciones que tenía de los estudios. Me quedé en silencio por unos segundos mientras lo sopesaba y luego respondí.

Antes de Partir... Descubriendo a Alie (proximamente en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora