Sean
Mi mente queda en blanco en el preciso instante en que los ojos de Ricardo y los míos hacen contacto. Su semblante cambia de perplejidad a enojo en décimas de segundos. Una vena que hace aparición en medio de sus cejas sale a la vista a la vez que su rostro se va tornando en rojo. Su vista se aparta de la mía y se clava en Alicia posteriormente vuelve a mí. El diminuto cuerpo de Alicia se estremece a mi lado e instintivamente, la tomo de la mano que está junto a la mía, entrelazo mis dedos y doy un paso al frente para tapar su cuerpo con el mío. Ricardo ve cada uno de mis movimientos mientras niega con la cabeza.
-Esto no puede ser –Una chica rubia que está acompañándolo a su lado mira todo el acto con el ceño fruncido- ¿Cómo te atreves a sacarla del hospital? –vocifera pasado los segundos, mi cuerpo toma rigidez cuando sopeso el salto que ha dado Alie tras de mí por el grito de mi amigo. Enderezo mis hombros y mentón para ganar tamaño y enfrentar a Ricardo sin verme derrotado.
-No tienes porqué gritar – aclaro con voz grave.
-¿Qué no tengo por qué gritar? –grita nuevamente, suelta un bufido girando su cuerpo un poco para desviar su vista de nosotros. Vuelve a enderezarse pasándose una mano por el cabello- ¡Me lo prometiste Sean!
-Las cosas no son tan sencillas para mí
-¿No son tan sencillas? –Suelta una carcajada sarcástica- ¿Qué no es tan sencillo? ¿Aguantarte las ganas de llevarla a tu casa? ¿De convertirla en una más? –percibiendo la furia que comienza a crecer en mí, doy un zancada hacia adelante acortando los pasos que me separan de él. Pero alguien me toma del brazo deteniendo mi cometido.
-Sean...-susurra Alie detrás de mí.
-Te estás pasando –manifiesto fulminando a Ricardo con la mirada.
-¡Tú sí que te has pasado! –Ricardo no deja de gritar y gesticular con las manos en medio de la acera, la chica que va a su lado lo miro un poco asustada y confundida, y ya nos hemos ganado un poco de público de algunos transeúntes curiosos que pasan por nuestro lado-¡Me diste tu palabra y creí en ti! ¡Confié en ti!
-¡Lo siento! ¿Sí? ¡Pero no es mi maldita culpa! ¡No puedo alejarme! –grito esta vez. Mi brazo se tensa al ser jalado por Alicia que susurra algo que no logro entender. Ricardo se me acerca amenazadoramente, pero la chica rubia de su lado hace lo mismo que Alie está interponiéndose conmigo.
-¡Eres un imbécil! ¿Cómo puedes dejarte enrollar por una chiquilla tonta? ¡Estas poniendo en juego muchas cosas Sean!
-¡Te dije que no hables de ella así! ¡Sé lo que estoy arriesgando! ¡Pero no me interesa Ricardo! ¿Me oye? ¡No me interesa!
-No puedo creer que estés enamorado.
-Lo estoy, lo estoy y no haré nada en contra ¡Ve y dile a mi padre si te da la gana!
-¡Te recuerdo que no estás solo tú en riesgo!
-¡Pues no permitiré que le pongan un dedo encima! ¿Lo entiendes? Si para ello tengo que sacarla y llevármela lejos lo haré
-No...- una pequeña voz asustada nos saca de la discusión a los dos. Cuando siento que el agarre de mi mano se afloja, me giro para quedar frente a ella. Ha dado dos pasos hacia atrás, mientras me mira impresionada –No puedes hacer eso. No puedes arriesgar a perder muchas cosas por mí.
-Tampoco me arriesgaré a perderte –contesto. Escucho el suspiro dramático de Ricardo, lo ignoro sin apartar mi mirada de Alicia.
-Sean, mejor regresemos al hospital. Ricardo tiene razón.
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Antes de Partir... Descubriendo a Alie (proximamente en edición)
RomansaLa vida puede ponerte a prueba en infinitas ocasiones, puede darte momentos, tanto felices como tristes, golpes fuertes que pueden marcar nuestro pasado y afectar nuestro futuro. Pero, solo queda en nosotros seguir adelante con la cabeza en alto des...