Una confesión

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Al día siguiente, llegue lo más temprano que pude, fue solo para evitar a Cameron, yo no quería evitarlo pero tenía que hacerlo. Ya que no quería problemas con nadie. Entre al salón, y me quede sentada en mi asiento incluso después de que tocó el timbre de salida, una vez pude ver que Cameron estaba con Jade. No me importo mucho que se diga, él es mi amigo pero nunca me preocupe por otras personas.

Antes de llegar a casa, entre a una tienda por casi una media hora. Tome mi malteada favorita. Cuando salía de la tienda me encontré con Jade. Ella me vio y me dijo:

- ¡Hola! Elizabeth

- Hola - respondí tratando de evitarla

- ¿Quieres saber algo? - me pregunto

- ¿Qué pasa? - le dije haciéndole una pregunta también

- Ya sé quién es la persona que le gusta Cameron - me respondió

- ¿Quién es? - le hice otra pregunta para que no me moleste

- ¿De verdad quieres saber? - me pregunto 

- Mira si no me quieres decir no me lo digas - le dije tratando de irme 

- Está bien te lo diré - me dijo mientras me agarraba el brazo - Soy yo. - dijo mientras sonreía 

- ¿Qué él te lo dijo? - le pregunte

- Si, más bien se me declaro y me pidió que sea su novia, yo acepte - me respondió aquella pregunta que le había hecho

- Oh, está bien. - dije mientras me despedía 

Me dio igual, no me importo mucho. Fui de compras y me topé con Cameron y él me dijo:

- Hola 

- Hola - le respondí

- ¿Quieres comer algo conmigo? - me preguntó

- No gracias. Tengo que irme. Adiós - le dije mientras lo rechazaba 

Me aleje de él principalmente por que Jade me lo pidió, además no tenia tantas ganas de acompañarlo.

No entendía por qué, pero me dolía la barriga. Llegue a mi casa, encendí el televisor, ordene una pizza. No hice nada más que ver televisión y comer una pizza. Me quedé en casa todo el día.


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