Amigos

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Marinette se acurrucó aún más en la camilla en un vano intento de dormir. Se sentía incómodamente observada de alguna forma. Al cabo de unos instantes, cuando se quiso dar cuenta, tenía medio edredón en el suelo con la mano en la frente y mirando al techo blanco sin nada en particular que quisiera observar. La sensación de inseguridad del primer día no había desvanecido, es más, había aumentado. Inquieta y sintiéndose incapaz de recobrar el sueño, ladeó la cabeza hacia la izquierda en dirección a la ventana con la intención de ver un poco el cielo negro con su luna y estrellas resplandecientes. Pero, en vez de eso, vio algo que la dejó totalmente petrificada por un instante que hasta dejó de respirar. Una figura negra encapuchada la observaba desde el tejado del edificio de al lado, de espaldas a la luna y a las luces del bello París, provocando que de frente solo pudiera verse una sombra evitando ver su rostro y a penas algo de su vestimenta. Aun así, ella recordó perfectamente esa silueta; era la misma persona con el que había peleado y por culpa suya estaba en ese lugar. Un escalofrío y una idea espeluznante cruzó por su mente. ¿Es posible que supiera su identidad civil? Entonces tuvo miedo. El agresor podría aprovechar ese mismo instante para atacar y nadie se enteraría, nadie se daría cuenta. Ya veía el titular en los periódicos y en las noticias:

"Una chica con amnesia asesinada misteriosamente durante la noche"

Sin embargo el desconocido no se movió. Se quedó quieto, sentado en el tejado sin realizar ningún movimiento y manteniendo la mirada fija en ella. La azabache aguardó nerviosa. Después de un rato mirándose fijamente, el personaje con capa se levantó. Marinette también. Ésta cogió en la mesita que se situaba justo al lado de su camilla y detrás suya con cierta discreción aún sin apartar la mirada de su contrario. No pensaba rendirse sin luchar aunque fuese con una simple botella de plástico llena de agua. Pero, para su sorpresa, el encapuchado no dio un paso hacia delante, sino hacia atrás. Se dio media vuelta y pudo ver reflejarse sus dientes blancos: estaba sonriendo. Levantó la mano y la agitó en señal de despedida mientras se oía cómo mascullaba algo que no logró a entender la chica, yéndose tejado abajo hasta desaparecer. Marinette no bajó la guardia. Se acercó lentamente sin hacer ruido hacia la ventana. Se puso al lado pegándose a la pared blanca y esperó alguna señal de que iba a volver. Entonces vio una mano negra que se deslizaba enfrente del cristal. Gimió ahogando un grito y siguió esperando a que la figura entrara. Aguardó, y tal como había previsto un cuerpo empezó a introducirse por la ventana. A Marinette le temblaban las manos. Cuando sólo faltaba su pierna por pasar, le golpeó con la botella haciéndolo caer al suelo sin tener tiempo a reaccionar. Una vez en el suelo, la azabache podía ver perfectamente a quién había golpeado: Chat Noir. Llevándose las manos a la boca soltó:

-¡¿Chat?!

Éste levantó su cara, roja por el impacto contra el suelo, se frotó la nuca en el lugar que le había golpeado y dijo con media sonrisa:

-Siento haberte asustado, princesa.

-¡N-No! El mayor héroe de París ha venido a visitarme en plena noche. En la madrugada. Nada siniestro.

Contestó con una sonrisa nerviosa y forzada, él le correspondió con una similar.

-Y... ¿te desperté?

Marinette giró la cabeza de un lado a otro.

-Ya estaba despierta no te preocupes.

*Aunque deberías preocuparte de venir a "visitarme" a estas horas* Pensó algo irritada.

-Y... ¿por qué razón estabas despierta?

-Para un momento, ya te tocó, llegó mi turno. ¿Por qué has venido tan tarde al hospital, justamente a mi habitación?

Cuestionó sin poder evitar un sutil toque de irritación en su voz.

-Pues... oí lo de tu desvarío y vine a visitarte de nuevo.

Replicó el rubio con una sonrisa triunfante.

-Y, ¿cómo te enteras-

-Ep. Mi turno.

Interrumpió el felino con una sonrisa juguetona. Marinette suspiró.

-Había un desconocido con capucha observándome desde el otro tejado.

Contestó desviando su mirada al suelo. Adrien, sorprendido, se puso furioso consigo mismo por no haber llegado antes para poder proteger a su lady y dijo:

-Marinette, ¿por qué no gritastes o algo parecido?

-Si lo hacía, ¿serviría de algo?

Replicó con un susurro. Se quedó mirando a la nada unos segundos pensando en algo que el chico no podía leer en su mirada.

-Bueno, me toca.

Habló de repente girando su cabeza hacia Chat Noir.

-Eh, bueno, ya sabes... las noticias vuelan.

Marinette le miró con curiosidad y se le ocurrió preguntar:

-¿Acaso me conoces, Chatto?

Acusó acercando su rostro al de su compañero. Éste se alejó manteniendo una distancia de unos cinco centímetro y despacio, intimidado.

-Eh... creo que... quizás... bueno... eh...

Balbuceó.

-¿Por qué eres tan bueno conmigo, Chat Noir?

-Eh...

Se seguía acercando lentamente. Adrien seguía el mismo ritmo alejando su cabeza, mientras sentía cómo su corazón latía con más fuerza y rápido con nerviosismo.

-Responde gatito.

El aludido tragó dirigiendo su mirada a todas partes intentando evitar el rostro de la chica.

-E... pues... la verdad es que... ¡pensaba que eras la siguiente víctima de Hawk Moth!

La azabache, perpleja. Se separó lentamente de su compañero y lo observó fijamente esperando que continuara.

-Q-quiero decir... es que después de lo de tu accidente a lo mejor te sentías desolada y por eso te fui a visitar el primer día para comprobar que te encontrabas bien. Entonces me di cuenta de que me sentía cómodo a tu lado así que intenté venir más. Pero Ladybug me dijo que mejor no te molestase, pero no podía no visitarte esta noche.

Terminó haciendo una mueca. Marinette aún en shock, se sintió mal cuando le prohibió a su amigo el volver a visitarla. Adrien no mentía. En parte la visitó por temor, quién sabe qué puede estar pasando alguien muy sonriente por fuera...

-Pues, Ladybug se equivocó. Me gusta estar en tu compañía.

Replicó sonriente. A Chat Noir le brillaron los ojos y le devolvió la sonrisa. Sin embargo ésta se convitió en una mueca porque se dio cuenta de la hora que era.

-Eh... princesa... Ya es tarde y... debería irme y dejarte descansar... me alegro mucho de verte bien, espero que te recuperes.

Dijo con tristeza y se drijió a la ventana, pero, Marinette le jaló de la cola y le replicó:

-¿A dónde crees que vas gato guardián?

Y sonrió.

Buenas mis queridísimos lectores. ¡Mi demora acabó! Siento mucho haberos hecho esperar taaaaaaaaaaaanto. Intentaré sacar el otro capítulo lo antes que se me permita. Muchas gracias por los comentarios, votos y leídos :)

Os quiere y espera que disfruten del capítulo nuevo:

Fuki

Amnesia (CANCELADA 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora